¿Y el apocalipsis?

¿Dónde están los que hablaban del apocalipsis con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos?

En diversas ocasiones, desde septiembre, planteé no sólo que este hombre ganaría la Presidencia de Estados Unidos, sino también que su gobierno no sería el caos que imaginaron muchos que analizan con el hígado y con una hipersensibilidad nacionalista que obnubiló su juicio.

Trump responde a los intereses de los votantes de su país, quienes están mucho más que molestos con la migración ilegal (no confundir con la migración legal) y la necesidad de recuperar un fuerte crecimiento en su economía, con base en una recuperación de la industria.

Este Presidente de Estados Unidos tiene como principal objetivo el interés de su población y, por lo tanto, tuvo un arranque verdaderamente intimidante. Se trata de una estrategia de negociación que, como principio, busca tener una posición dominante hacia el resto de las naciones.

Hay quienes, muy equivocadamente, han creído que Trump es enemigo de México; sin embargo, se trata de una apreciación muy distorsionada que no comprende de ningún modo el contexto internacional.

Desde aquellas entregas establecí que Estados Unidos tiene derecho a construir un muro que busca impedir la migración ilegal, así como el flujo de drogas y armas entre las dos naciones. Este último punto es particularmente benéfico para México y, de hecho, pagar por el muro sería una gran inversión si los problemas vinculados con la delincuencia organizada se redujeran a su mínima expresión.

Más allá, están en su derecho (como cualquier otra nación) de renegociar el Tratado de Libre Comercio si consideran que no es benéfico para ellos o que mediante un esquema duro de negociación pueden obtener mayores ventajas.

Es derecho y obligación de México (como cualquier otra nación) buscar los mejores intereses para los mexicanos, lo que pasa por renegociar el TLCAN, su modernización y estar determinados a que, en caso necesario, se abandone el acuerdo comercial.

PÁNICOS

Desde finales de octubre y marcadamente desde noviembre, la palabra “incertidumbre” se puso de moda para justificar todo. Los que desean para México cualquier cantidad de males hablan de caídas en la economía, freno en la inversión por la incertidumbre sobre las acciones de Trump.

Sin embargo, ¿cuál incertidumbre? En todos sus discursos el Presidente de Estados Unidos dijo que construiría un muro, que sacaría a su país del TPP, que buscaría renegociar el TLCAN, pero que si no le convenían los términos lo abandonaría y que buscaría una fuerte expansión interna de la economía de su país, mediante un fuerte impulso a la economía interna.

En la medida en que todo esto ha pasado, los factores de especulación han disminuido e independientemente del nivel de tipo de cambio en los dos primeros días de esta semana, el peso es una de las monedas que más se han apreciado desde la toma de posesión de Trump.

De hecho, el SAT debería analizar con mucho cuidado quiénes estuvieron atrás de la especulación del peso para que, por lo menos, paguen el ISR sobre la ganancia cambiaria que registraron.

El gobierno mexicano, a través de Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, ha tenido una excelente capacidad para tender puentes con el gobierno de Estados Unidos, lo que permite cada vez un mayor entendimiento en términos de seguridad fronteriza y cooperación, así como en la negociación del acuerdo comercial mediante un esquema diseñado por la Secretaría de Economía, encabezada por Ildefonso Guajardo, que tiene un diseño total y absolutamente claro sobre los beneficios que debe buscar México para la población.

MOLESTIA

Cada vez son más los que piden que el secretario de Salud de Jalisco, Antonio Cruces Mada, sea removido de su cargo por los problemas de suministros en el sistema de salud del aquella entidad. Quizá este hombre no es responsable de los problemas que creó el diputado federal, Carlos Lomelí, a través de Abastecedora de Insumos para la Salud, que supuestamente ganó licitaciones a modo, las cuales no sólo fueron a modo y no en las mejores condiciones para los beneficiarios de la salud estatal, sino que, además, no están cumpliendo con la entrega.

De acuerdo con algunas versiones, el gobierno de Aristóteles Sandoval ya no tiene mucho más margen de maniobra, por lo que debe intervenir en este asunto que, a no dudar, causa daños excesivos a los derechohabientes y en la que se ha vuelto insostenible la vinculación entre Cruces y Lomelí.