¿Y luego, los recibirán los gobernadores y presidentes municipales?

México está hoy, sin duda alguna, como la iglesia de mi pueblo: No tiene cura. Me atrevería, sin temor a equivocarme, a decirle a usted que esta situación viene de vieja data, dirían en Yucatán. Además, si me permitiere usted otro agregado, diría que esta falta de cura, debería estar circunscrita a este gobierno, no al país. Trataré de explicarme.

No tengo duda que usted ya vio las imágenes transmitidas urbi et orbi, de la recepción dispensada a un grupo de 135 mexicanos deportados, por razones diversas, de Estados Unidos.

Esperándolos estaban –ni más ni menos–, que el Presidente de la República, acompañado del secretario de Gobernación y el director del Instituto Nacional de Migración. Si los recién llegados fueren presumidos, podrían decir: ¡Nada, pescadito!

En el acto político (privado), llevado a cabo en un salón de la Terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México, el Presidente, en su intervención, dijo lo siguiente:

“No están solos. No se sientan abandonados. Siempre estarán abiertas las puertas de ésta su casa”, les dijo.

“Permítannos que el gobierno les acompañe en este proceso de regreso a su país”, dijo, tras precisar que “México es una tierra de oportunidades; se han venido generando, y ello lo acredita el que hoy son más los que están regresando en el proceso de repatriación, y muchos por decisión propia, que los que eventualmente están decidiendo ir hacia los Estados Unidos.

“La única razón de que así esté ocurriendo es que aquí están encontrando un espacio de desarrollo personal”, subrayó. “Hoy se han generado empleos como nunca antes los había; y hay inversión productiva”, agregó.

“México sigue creciendo, es un país que está generando oportunidades para sus connacionales, y yo espero que eso les permita encontrar un espacio aquí de desarrollo personal”, enfatizó.

El secretario de Gobernación, para no quedarse atrás, dijo también:

“Acá les recibimos con todo cariño, les recibimos como nuestros hermanos que son y con las instrucciones de usted, señor Presidente, de darles todo el apoyo y todo el respaldo”.

(Los párrafos transcritos, han sido tomados del comunicado de Presidencia de la República).

Le pediría, si no le incomodare hacerme ese favor, de leer con mucho cuidado y atención, lo destacado en negritas. En relación con la objetividad de lo dicho por el Presidente y el secretario de Gobernación, nada digo salvo, por supuesto, que usted es el que debe juzgar y extraer las conclusiones correspondientes.

Sigamos ahora; la presencia del Presidente y el secretario de Gobernación y el director del Instituto Nacional de Migración, ¿es una indicación velada a los gobernadores de los estados de origen de los 135 deportados, junto con el respectivo Secretario de Gobierno y el delegado estatal del Instituto Nacional de Migración, para estar presentes en la terminal de autobuses a la hora del arribo de los 135? ¿Podrán también realizar un acto político? Eso sí, ¿privado?

Varias preguntas surgen, ante esta muestra de solidaridad para con nuestros connacionales. Van algunas: ¿Cuáles son los delitos de los cuales fueron acusados los 135? ¿Estaban todos encarcelados? ¿En verdad todos regresan a México porque: Hoy se han generado empleos como nunca antes los había; y hay inversión productiva?

¿Quién estará en el aeropuerto para recibir a los siguientes deportados? ¿Siempre estará el Presidente? De no estarlo, ¿tendremos deportados de primera y de segunda?

Lo dicho al principio, este gobierno está como la iglesia de mi pueblo, no tiene cura. ¿Qué nos queda ante lo que vemos hoy? Sólo recordar que faltan 21 meses y unos días, para que esto termine.