David Páramo

Análisis superior

David Páramo

15 Feb, 2017

Razones correctas

Existen elevadas posibilidades de que la Secretaría de Hacienda determine, luego de aplicar la fórmula, ampliar y/o mantener el estímulo fiscal al IEPS, a fin de evitar que la ecuación del precio de las gasolinas y tipo de cambio (costo de transporte y margen son casi constantes) derive en un aumento de los precios máximos de las gasolinas y el diesel.

Desde cierto punto de vista, la posibilidad resulta muy atractiva, puesto que, por ejemplo, el más reciente estímulo fiscal no dañó de ninguna manera las finanzas públicas, ya que sólo representó el 0.4% del IEPS a los combustibles, que tiene una recaudación de poco más de 284 mil millones de pesos.

En todo momento, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, ha dicho que de ninguna manera se pondrán en riesgo las finanzas públicas mediante los esquemas de estímulo fiscal al IEPS de las gasolinas y, ciertamente, si toman la decisión de no aumentar los precios máximos, estarían cumpliendo con este objetivo.

Si se hace una visión política del manejo de la economía, la posibilidad resulta todavía más atractiva. El ajuste que entró en vigor en la primera quincena de enero implicó un brinco en el nivel general de precios verdaderamente espectacular, de 1.50%, y que se explicaba en más de 80% por el precio de los combustibles. Durante la segunda quincena el incremento fue de 0.24% para dar una inflación mensual del 1.70 por ciento.

Si se utiliza el colchón de recaudación de IEPS (la recaudación total está creciendo de una manera espectacular, a una tasa de crecimiento que ronda el 13% real) se contribuiría a que no haya un contagio en el nivel general de precios dentro de la economía y, a partir de ahí, esperar que la inflación esté cerca del intervalo que se autoimpuso el Banco de México.

Vamos, desde el punto de vista político, resulta todavía más atractivo. Se utiliza el buen manejo de las finanzas públicas para tratar de disminuir la molestia social por el mal llamado gasolinazo y ayudar a fortalecer las posiciones del partido político en el poder.

¿ES LO MEJOR?

La pregunta de fondo es determinar si esta política de estímulos al IEPS es lo mejor que podría pasar a la salud de la economía en el largo plazo.

Los precios controlados son un lastre para cualquier economía. A los mexicanos la ficción económica de la gasolina barata costaba 200 mil millones de pesos al año, en un subsidio regresivo a favor de los ricos, ya que los dos deciles más altos de ingreso se quedan con el 70% de esos recursos. Políticamente nadie lo agradecía, como lo demuestran las quejas al deslizamiento mal llamadas gasolinazos.

Si se quiere generar un mercado de energéticos, como se acordó en la reforma constitucional, es necesario que los precios sean libres. Aquí es necesario abrir un corchete, si la fórmula se aplica, sí se generan condiciones para el desarrollo del mercado, puesto que el estímulo fiscal se aplica a todos sin importar cuál sea el precio máximo y no incide en los niveles de competencia dentro del sector.

Sin embargo, sigue siendo una suerte de manipulación a la libertad del mercado, puesto que se usa el estímulo de una manera discrecional y no genera condiciones de largo plazo de certidumbre sobre el comportamiento general de los precios.

Ahora bien, si el gobierno considera que hay una recaudación suficiente de impuestos y, especialmente, del IEPS, entonces debería hacer una movida mucho más inteligente desde el punto de vista económico e incluso político: Disminuir el IEPS.

Con esta medida, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto podría anotarse un éxito en varios sentidos, puesto que primero demostraría que el buen manejo de las finanzas públicas no únicamente le alcanza para cumplir con su promesa de no aumentar impuestos, no elevar su tasa y no disminuir ningún beneficio fiscal, sino que ahora puede comenzar la baja de los impuestos.

Además, mostraría que está preocupado tanto por los que menos tienen, a quienes supuestamente afecta el incremento de los precios de los combustibles, lo cual no es cierto por el subsidio regresivo a los combustibles, así como para los líderes de iniciativa privada, quienes en reiteradas ocasiones han pedido que disminuya el IEPS a los combustibles.

Según parece, el gobierno de Peña Nieto debería tener una posición mucho más clara en materia de combustibles para tomar las medidas económicamente correctas en el largo plazo... Eso es lo que necesita el país.

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