David Páramo

Análisis superior

David Páramo

16 Feb, 2017

Otra vez lo lograron

En los tres años de historia del Instituto Federal de Telecomunicaciones es realmente poco lo que puede reprochárseles.

Su error más grave, quizá, fue seguir adelante con la normatividad supuestamente para la protección de audiencias que actualmente está siendo parte de dos controversias constitucionales y por decisión de la mayoría del pleno fue pospuesta su aplicación. En su defensa habría que reiterar que el error de origen es del Congreso de la Unión y, más allá de la decisión judicial, tendrá que ser subsanado por los legisladores.

Por lo demás, el pleno presidido por Gabriel Contreras ha venido cumpliendo cabalmente con la misión que le dio la Reforma Constitucional a las Telecomunicaciones. El más reciente hecho fue la licitación de un paquete muy importante de estaciones de FM. Hoy, podría parecer demasiado sencillo decir que se ofrecieron posturas por más de mil 440 millones de pesos, mientras que el valor mínimo de referencia era de 34 millones de pesos; sin embargo, el proceso es mucho más complejo.

Cuando el IFT anunció que licitarían 191 frecuencias hubo básicamente dos reacciones del mercado que, dicho sea de paso, generaron muchísima tensión con el gremio. La primera de ellas es que, simple y sencillamente, no habría mercado o que se canibalizaría el mercado. Se llegó a proponer que fuera el propio gremio el que determinara en qué plazas se podrían poner nuevas frecuencias de FM.

La posición del instituto fue correcta al señalar que el mercado tiene mucha mayor información e inteligencia para determinar dónde se podrían poner estaciones. Si se considera que en algunos lugares, especialmente en zonas de playa, los precios llegaron a ser más de cuatro mil veces el valor mínimo de referencia, queda claro que se tomó la mejor determinación.

REFRENDOS

La segunda reacción fue considerar que las ofertas serían muy cercanas al valor mínimo de referencia que se tomó con base en el precio de los refrendos. Si hace un poco de memoria recordará que muchos de los concesionarios de radio decían que los refrendos eran muy elevados y que, incluso, podrían ser ruinosos para ellos si se pagaban en los términos y condiciones planeados por el IFT.

Podría esperarse que para el establecimiento del precio de los próximos refrendos se incremente a la luz de los valores ofrecidos en la licitación; no obstante, es necesario destacar que también se toman algunas otras consideraciones al fijar el precio de los refrendos.

Ahora lo que se debe esperar es que los 59 grupos que fueron asignados cumplan cabalmente con el pago. Si la autoridad no ha dado a conocer los grupos es porque algunos de ellos siguen participando en las licitaciones de AM, que podrían estar concluidas mañana mismo y, a partir de ese momento, se sabrá cuántos de ellos serán nuevos participantes (que tuvieron una larga serie de estímulos) y otros que están en las operaciones.

De acuerdo con algunas fuentes indirectas, uno de los que fueron asignados es el grupo de Francisco Aguirre, a quien seguramente recordará que ofertó y ganó por la cuarta cadena de televisión abierta nacional, pero que, al final del día, terminó por incumplir con su compromiso. Será muy interesante ver si ahora cumple con el pago.

RESULTADOS

La Reforma a las Telecomunicaciones tiene varios objetivos. No se trata únicamente de la asignación de espectro o la generación de mayor competencia sino que, en muchos sentidos, tiene una responsabilidad con la democracia y la libertad de expresión.

Hasta hace no mucho se hablaba injustamente del monopolio o duopolio de la televisión abierta, como si no compitieran ambos grupos, que sin importar por qué vía sigue teniendo la mayoría de la audiencia, sino que ahora Grupo Imagen se ha convertido en un maverick dentro del sector de la televisión abierta con una oferta disruptiva.

La asignación de más estaciones de radio cumple justamente con el mismo objetivo.

PREOCUPACIONES

Si usted ha registrado una fuerte presión en contra del IFT y, en particular, en contra de su presidente, debe darse cuenta de que se trata de dos tipos: aquellos que fracasaron, ya sea como reguladores o al intentar serlo, pero que, vestidos de sociedad civil, asesoran a empresas y grupos.

Otros más que, a su vez, se deben subdividir en los que les gustaría una regulación para los preponderantes mucho más dura y los que exigen normas laxas.

El primer grupo debe ser descalificado porque son los mentirosos de siempre y el segundo debe ser visto como normal: el árbitro jamás queda bien.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube