Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

1 Mar, 2017

Necesitamos un plan C

En una entrevista reciente, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, dijo que cuando se entra en una negociación se debe tener un respaldo, una alternativa y, en el caso de México, el plan B sería atenernos a los criterios de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que implicaría, por ejemplo, que los automóviles, que son la principal exportación de México a la Unión Americana, pagarían un arancel de 2.5 por ciento. En la entrevista con Bloomberg, el secretario mencionó que, bajo los auspicios de la OMC, el 30% de lo que exporta nuestro país a Estados Unidos tendría cero arancel, mientras que otro 37% pagaría entre cero y cinco por ciento. Bajo este escenario, un 67% de nuestras exportaciones a la Unión Americana no enfrentaría un problema tan severo, por otro lado, Guajardo reconoce que habría un impacto en algunos artículos específicos, y citó el caso de las camionetas pick up, de las cuales exportamos 18 mil millones de dólares anuales y a las cuales sí se les podría imponer un arancel de 25 por ciento. 

De acuerdo a lo planteado por el secretario de Economía, el escenario en el que se movería México en caso de que no se llegue a un acuerdo en la renegociación del TLCAN sería adverso, pero el daño sería muy limitado, lo cual parece un análisis correcto, siempre y cuando se mantenga el marco de referencia actual, que implica que el gobierno de Donald Trump se mueva de acuerdo a las reglas de la OMC, sin embargo, los acontecimientos de 2016 son la prueba de que tenemos que poner en duda cualquier marco de referencia.

La presión sobre Trump

Donald Trump estará bajo una inmensa presión para dar indicios de que México pagará el muro, afortunadamente ayer no hizo referencia a ello en su discurso en el Capitolio. De acuerdo a las últimas filtraciones, el muro tendrá un costo de más de 20 mil millones de dólares, lo que generará un gran golpeteo político contra Trump. Por otro lado, el Presidente de nuestro país tampoco puede aceptar que México pague un solo centavo de dólar, el resultado de ambas posiciones no es muy alentador de cara a la renegociación del TLCAN. A ello habría que sumar que Trump tendrá más argumentos para impulsar su guerra comercial debido a que la tendencia de la balanza comercial indica que aumentará el déficit de Estados Unidos con México. De acuerdo con los datos más recientes del Inegi, en el primer mes del año las exportaciones mexicanas crecieron 11.4% y las manufactureras 7.7%, lo que resulta lógico como consecuencia de la depreciación del peso frente al dólar. Si bien crecieron las importaciones de México en el rubro de bienes de consumo no petroleros, comienza a darse una desaceleración.

Obviamente, el debate binario que ha planteado Trump y que ayer reiteró en su mensaje, en el que puso énfasis en el saldo de la balanza comercial, es limitado y obtuso. Aunque los argumentos de Ildefonso Guajardo en cuanto a la propensión de México a consumir productos estadunidenses es diez veces mayor que el de China, tienen mucho sentido y son impecables, no parecen que vayan a convencer al habitante de la Casa Blanca. Trump también podría escuchar la magnífica conferencia de Ricardo Anaya en la Universidad de Washington, en la que aborda todas las dimensiones de la relación bilateral, y probablemente no se movería un ápice su posición. La etapa de negociación con Trump no está en los argumentos racionales.

Al diablo las instituciones

Incluso el plan B que propone el secretario de Economía podría quedar rebasado debido a que Donald Trump se encuentra explorando formas de dar la vuelta a los paneles de controversia de la OMC, que son la quintaesencia del sistema de comercio internacional. De acuerdo con el Financial Times, funcionarios de la Oficina de Comercio recibieron la instrucción de Peter Navarro, líder del nuevo Consejo de Comercio Internacional, de elaborar un borrador con mecanismos legales que permitan impulsar sanciones comerciales en contra de China y otros países, dando la vuelta a la OMC. En un editorial del Financial Times se menciona el riesgo de que se repita el episodio de la Ley de tarifas Smoot Hawley, mediante la cual EU estableció 20 mil aranceles proteccionistas en 1930 que detonaron una guerra comercial que ocasionó que las importaciones y exportaciones de la Unión Americana se desplomaran 50%, lo que agudizó los problemas que enfrentaban durante la Gran Depresión. En caso de que ése sea el camino que decida recorrer Donald Trump, México haría bien en ir considerando un plan C, en el que las exportaciones hacia nuestro vecino del norte disminuirían severamente al menos por unos años.

Hasta ahora, las agresiones discursivas que ha realizado Donald Trump en contra de México han provocado un sentido de unidad nacional que no ha logrado articularse más allá de los discursos y acciones huecas, como la de la Conferencia Nacional de Gobernadores, que busca denunciar al Presidente estadunidense ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Los miembros de la Conago harían bien en buscar que se adopte en sus entidades el Sistema Nacional Anticorrupción, lo que permitiría al país una utilización más efectiva del presupuesto y tener un andamiaje institucional que evite extremos como el de Javier Duarte en Veracruz o Borge en Quintana Roo, por mencionar los más recientes.

El plan C de México debe tener como componentes indispensables: una reducción severa de la corrupción, un fuerte impulso a la innovación, una cruzada contra la economía informal y buscar alternativas, como ya se hace en cuanto a las importaciones de alimentos y combustibles. En cinco años, México debe estar más diversificado y fortalecido en su mercado interno.

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