Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

1 Mar, 2017

Indestructible

Roberto Velázquez, editor de Fotografía de Excélsior, es la única persona que conozco que aún carga en su bolsillo un pequeño teléfono Nokia 1200, lanzado en 2007 –cuando irrumpió estelarmente el iPhone– y el cual muestra los signos de mil batallas libradas, pero que sigue siendo un guerrero en activo.

De un tamaño inferior a los 11 centímetros y un peso que no alcanza los 80 gramos, este pequeño sobreviviente ya tiene casi descubierta su pantalla monocromática debido a una rotura en su carátula de plástico, producto del uso rudo al que se le ha sometido. Mantiene una recepción aceptable en zonas en las que los sofisticados smartphones de hoy tiran la toalla. Con su sencillo teclado numérico ejerce las funciones básicas de llamar y mensajear. Si tuviera voz, se negaría a llamarse vintage. Y se nota que aún le queda mucha cuerda.

Puede decirse que estos teléfonos fueron hechos para durar siempre, y no para resquebrajarse a la primera caída como suele ocurrir con los delicados juguetes de Apple. Por ésas y otras razones, Roberto no ha sentido la necesidad de renovar este dispositivo, en sentido contrario a la tendencia dominante de adquirir cada año el de tecnología más avanzada (cabe aclarar que no es su único teléfono, pero sí con el que probablemente esté más encariñado).

Debe haber muchos que aún valoren las ventajas de un teclado físico sobre el touchscreen, que no están anclados en la nostalgia y para quienes los modelos como los antiguos Nokia resuelven sin mayor trámite sus necesidades. De no ser así, no se entendería la curiosa apuesta de la firma independiente finlandesa HMD Global de reeditar el modelo 3310, lanzado en el año 2000 y conocido popularmente como El indestructible, uno de los más exitosos de la era anterior al llamado teléfono inteligente (vendió más de 125 millones de unidades).

El apodo no era un elogio a la durabilidad del aparato sino más bien una burla amistosa de las características de los modelos identificados con el número 3000, que asemejaban un pequeño acorazado impenetrable, por lo que desataban la imaginación febril de internautas que comparaban al teléfono con personajes literarios, mitológicos o cinematográficos.

Según el sitio Know Your Meme, el chacoteo comenzó en 2011 en la plataforma Reddit, en el que un usuario presentó una imagen de un Nokia 1100 (otro gran éxito de ventas) que sólo podría ser destruido por el fuego de Mordor, en obvia alusión a El Señor de los Anillos. En respuesta recibió la imagen de un Nokia 3310, renombrado como El Rey Brujo de Angmar, otro personaje de la popular saga de Tolkien.

Los chistes emulaban los Chuck Norris Facts, un juego social de internet que consiste en dotar a la estrella estadunidense de películas de acción de poderes superiores a los de cualquier superhéroe: “Si un iPhone se cae, rompe la pantalla. Si un Nokia 3310 se cae, rompe el suelo”; “a las 8 AM, la batería de un iPhone está en 100% y al mediodía ya sólo le queda 3%; el 27 de diciembre de 2011 a las 8 AM, la batería de un Nokia tiene 100%; en el 2062, sigue con la batería al cien por ciento”. Otras imágenes jocosas lo ponen adherido a chalecos antibalas y en forma del martillo de Thor, mientras que otras remiten a Harry Potter, a quien se le propone destruir ese “horrocrux”.

Con estos antecedentes, la noticia difundida por Evan Blass desde el 13 de febrero en el sitio Venture Beat, en el sentido de que volvería a lanzarse el 3310, sonaba a payasada. Las sospechas quedaron disipadas el pasado domingo con su presentación en el Mobile World Congress de Barcelona, donde causó una sensación no necesariamente atizada por la nostalgia.

Y es que hace justo una semana se publicó el Global Mobile Engagement Index 2017, una encuesta realizada el año pasado por la firma británica GSMA Intelligence. Ahí se encontró que, a escala mundial, 47% de propietarios de teléfonos móviles mayores de 18 años utiliza éstos sólo para hablar o enviar mensajes de texto. Aunque reconoce que este porcentaje va a la baja (para 2030 presume que llegará a 29%), también hace notar que los consumidores menos expertos en tecnología suelen tardan mucho en adoptar todas las innovaciones que genera esta demandante industria.

Esta población representa un mercado amplio y lucrativo de clientes cuyos hábitos sí que son bastante duros de romper.       

                marco.gonsen@gimm.com.mx

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