José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

2 Mar, 2017

“En México compraríamos más bancos, si nos dejaran”

Así lo dijo Francisco González, presidente mundial del BBVA, quien está de visita en México. En una plática con un grupo de periodistas, el banquero español (a quien, por cierto, no le encanta que le digan banquero), ve con optimismo a México, y no sólo por hacerlo desde la Torre BBVA Bancomer, uno de los edificios más altos y emblemáticos de la institución, sino porque considera que México seguirá con buena relación con Estados Unidos. Si nos dejaran en México, desde luego, compraríamos más bancos, afirma González.

CON TRUMP, SI A EU LE VA BIEN, A MÉXICO TAMBIÉN

Al presidente del BBVA le interesa lo que pase con Trump, pero tiene un punto de vista optimista: si a Estados Unidos le va bien, a México también le va a ir bien. Francisco González cree que el polémico Presidente estadunidense, por lo menos, hará algunas cosas bien, como, por ejemplo, su política fiscal, donde puede empezar a bajar impuestos en momentos donde Europa los tiene muy elevados. Considera que, una vez que México empiece a renegociar el Nafta (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), le va a ir bien: habrá consideraciones económicas importantes en favor de México.

AMLO; EL QUE QUIERA GOBERNAR, SE IRÁ AL CENTRO

Y también se le cuestionó si esta situación no favorece a candidatos más extremistas, como López Obrador. El banquero español es cuidadoso, pero señala que cualquiera que vaya a ser el presidente de México deberá acercarse al centro. Frente a Trump se necesitan gobiernos de centro, no de extremo.

CLARO QUE COMPRARÍAMOS MÁS BANCOS

Su optimismo con respecto a México lo lleva a querer ir por más bancos, si la autoridad les permitiera (ahí sería casi imposible ver a Jana Palacios y su equipo en la Comisión Federal de Competencia Económica permitiéndolo). De hecho, acaban de terminar un plan de inversión de tres mil 500 millones de dólares con la Torre Bancomer, digitalización de sucursales y su edificio para sistemas. Y anualmente invertirán alrededor de 350 millones de dólares para mantenerse e ir por la nueva tecnología digital y los móviles. González argumenta que compraron un banco en Turquía, en más de 800 millones de euros, porque lo ven como un lugar estratégico, de entrada a Europa y Asia. Pero nos dice, sin empacho, que en México, si pudieran, irían por más (de hecho, se ha rumorado que podrían ir por un banco de escala nacional, pero pequeño, sólo que ahí Bancomer tendría mucha cuota de mercado y difícilmente la Cofece lo permitiría). En resumen, vimos a un González tranquilo, optimista con México y queriendo refrendar el valor de Bancomer en el mercado con más inversiones. Es bueno tener estas señales en momentos de incertidumbre por EU. “No nos preocupemos, a México le irá bien”, remata González.

A CEMEX SE LE OLVIDÓ LA ÉTICA EMPRESARIAL

¿Cómo es posible que Rogelio Zambrano sólo piense en hacer dinero, en su rentabilidad, sin tener amor al país? Pues sí, el presidente de Cemex dice, sin empacho, que ellos sí cotizarían para proveer cemento al muro de Trump, es decir, al muro que significa enemistad, animadversión a los mexicanos migrantes, agresión hacia quienes consideran “inferiores”. De verdad, podrá haber mucho amor por la rentabilidad, pero poca ética empresarial en favor del entorno de donde Cemex es: de México. Y, además, como si la cementera lo necesitara. Creo que otro capitán de industria, como fue Lorenzo Zambrano, jamás habría dicho semejante barbaridad. Bueno, y pensar que hay quienes querían hacer boicot de consumo a empresas que sonaran a estadunidenses, cuando aquí mismo, en México, tenemos a quienes van contra los inmigrantes y en favor de Trump en su campaña contra nuestro país. Cemex, en esta ocasión, debería dejar de realizar tantos libros de ecología y de verdad retomar la ética empresarial y la responsabilidad con su entorno, el mexicano. No sólo con su interés particular y rentabilidad. El 1.3 a 2.3% de crecimiento parece bajo para las necesidades económicas de México. Y en lo dicho: es hora de ser más creativos y arriesgados con el mercado interno, que, sin caer en gastos inflacionarios, sí podríamos revisar varias políticas que han deprimido el mercado doméstico. ¿Empezamos por la política de pymes, startups, política salarial o por dónde?

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