David Páramo

Análisis superior

David Páramo

3 Mar, 2017

Frivolidad de la justicia

Un debate más o menos común es si las leyes deben cumplirse o debe aplicarse la justicia, entendida como el bien común.

La declaración de dominancia en el mercado de televisión de paga, mucho más allá de un duro golpe para la empresa, emitida ayer por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, plantea un debate muy interesante sobre la aplicación formal de la ley en contra de generar una mayor y mejor competencia para los consumidores.

Cumpliendo con lo ordenado por la reforma constitucional a las telecomunicaciones, el IFT declaró el 30 de septiembre de 2015 que Televisa no tenía poder relevante en el sector de la televisión de paga.

Tras un proceso en tribunales, un juzgado colegiado ordenó al IFT revocar la resolución y dictarla nuevamente, bajo la consideración de que habían equivocado el tiempo del análisis, que debía ser desde 2009 hasta 2014, y la autoridad había considerado 2015. El encargado de impulsar esta tesis en el tribunal fue el magistrado de la Corte, Jean Claude Tron Petit.

El IFT consideró, en su análisis de 2015, donde ya habían cambiado sustancialmente las condiciones del mercado de televisión de paga por la entrada en vigor de la reforma, con elementos como el must carrie-must offer y la consolidación de otros competidores como Dish (que está en el mercado mexicano desde finales de la década pasada) o Total Play, por lo cual había determinado que Televisa y sus filiales ya no eran dominantes en el mercado de televisión de paga.

La exquisitez jurídica va en contra del principio que tienen las regulaciones de competencia en el mundo, puesto que deben ser prospectivas y en favor de las personas, generando un ambiente de mayor competencia y no del puntual cumplimiento de una interpretación irracional de la ley. Parecería que el IFT no tenía más camino que acatar lo ordenado por el Poder Judicial.

CONSECUENCIAS

La primera lectura, que parece equivocada, tiene que ver con una suerte de acomodo político del IFT, según el cual le busca dar un golpe a Televisa unos días antes de que se les notifiquen las mínimas modificaciones que se hacen en la regulación de preponderancia, a las que siguen sujetos en la televisión abierta y así no irritar demasiado a Teléfonos de México, al que, como le informé en exclusiva, se le obligará a desincorporar todo lo vinculado con el llamado bucle local, es decir, permitir que cualquier operador tenga la infraestructura para llegar a todos los hogares.

Así, algunos piensan que la autoridad estaría siendo salomónica de una manera bastante exótica, como si el cumplimiento de la ley estuviera sujeto al capricho o los berrinches de dos grandes empresas.

Un paréntesis. El hecho de que, hasta el momento, los preponderantes no hayan sido notificados, no tiene que ver con el hecho de que dos comisionados estén fuera del país, sino con el engrose del documento que tiene más de mil páginas. Es muy posible que sean notificados el lunes o martes. Arturo Cuevas dejó su voto por escrito y Mario Fromow participó por videoconferencia en todo el pleno desde Barcelona, donde ambos atienden un foro de comunicaciones.

La segunda lectura, que es la correcta, tiene que ver con la determinación del IFT de cumplir con las leyes sin hacer demasiadas preguntas. A principios del mes intentaron aplicar una normatividad supuestamente en defensa de las audiencias, actualmente suspendida por el pleno, ya que enfrenta dos controversias constitucionales cuando había el sentimiento, al menos por los más inteligentes del pleno, de que había errores en esta orden por parte de los legisladores y que, al final del día, deberán ser ellos quienes los corrijan.

Sin embargo, la aplicación de reglas de dominancia a Televisa y sus filiales por el mercado de televisión de paga raya en el absurdo. Son normas aplicables por hechos que ya no corresponden a la realidad de este mercado, por lo que serán fácilmente combatidas por la empresa de telecomunicaciones.

El tribunal colegiado puede sentirse orgulloso de que aplicó estrictamente la ley e incluso el ministro Tron Petit debe estar muy contento de haber impuesto su criterio. El IFT debe sentirse tranquilo, porque siguen cumpliendo con todos los mandatos de ley.

Seguramente algún sector de los competidores e iluminados de las telecomunicaciones (sector integrado por expertos, exfuncionarios fracasados, aspirantes a funcionarios quienes no cumplen con los requisitos y quienes tienen un odio irracional a Televisa) pueden sentirse muy contentos por el golpe al monopolio.

Sin embargo, debe quedar claro que la aplicación de normas de dominancia en 2017 para regular el mercado del 2014 es, por donde quiera verse, un tremendo absurdo que va en contra de la lógica y la razón.

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