Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

4 Mar, 2017

Diversificar el turismo

Uno de los lugares más comunes a los que se recurre en los discursos y en las charlas cuando se abordan las estrategias para enfrentar el reto Donald Trump es el de la diversificación. Cuando el concepto surge, normalmente la persona que lo propone no ha revisado cuáles son las cifras y los márgenes para diversificar. Un clásico que constantemente se cita es el sector automotriz, no obstante, el entusiasmo de los que proponen diversificar en dicho sector se congela al revisar y dimensionar las cifras. Por ejemplo, en 2016, 77 por ciento de las exportaciones mexicanas se fue a Estados Unidos y tuvo un crecimiento de 7.1 por ciento a tasa anual, el segundo lugar como destino fue Canadá que representa 8.9 por ciento del total, con una caída de 15.2 por ciento, y en un lejanísimo tercer lugar Alemania con una participación de apenas 2.9 por ciento y un descenso 15.8 por ciento.

Los números nos muestran que Canadá no es una opción. Entonces los argumentos de los entusiastas de la diversificación piensan en China, sin embargo, ahí se producen más automóviles que en México y el mercado está abierto únicamente para las compañías que tienen plantas de manufactura en joint ventures con empresas de la nación asiática. Un dato adicional es que las exportaciones automotrices de nuestro país a China se desplomaron 72 por ciento en 2016.

En donde sí veo una gran oportunidad de diversificación es en el sector turístico. De acuerdo con los datos de la Secretaría de Turismo, el año pasado el sector generó divisas por 19 mil 571 millones de dólares, con un crecimiento de 10.4 por ciento, dicho monto es superior a los dólares que ingresaron al país por concepto de exportaciones petroleras o agropecuarias. Del total de los 35 millones de turistas internacionales que llegaron a México, 59.6 por ciento procedió de Estados Unidos, 10.7 por ciento de Canadá y 3.2 por ciento de Reino Unido. La mezcla es parecida a la del sector automotriz, pero la diferencia es que en el caso del turismo sí hay una fuerte demanda allá afuera y México tiene las condiciones para atraerla. Hace unas semanas el embajador de China en México, Qiu Xiaoqi, publicó un editorial en el que señalaba el potencial de ambas naciones de fortalecer los lazos en materia turística. En su escrito, el diplomático menciona que en 2016 hubo 122 millones de chinos que salieron de su país y dejaron una derrama en el mundo de 670 mil millones de dólares. El embajador reporta que en 2016 se estima que cien mil chinos habrán visitado México, pero es poco para el potencial que tiene el país como destino. Uno de los elementos que permitiría diversificar el turismo mexicano tiene que ver con la conectividad tanto de nuestro país con Asia y Europa e interna, sigue sin existir una oferta conceptual, debido a que para ir de Chichén Itzá a San Cristóbal de las Casas, ni siquiera se ha podido concluir la autopista Oaxaca-Huatulco.

Otro aspecto es que no se ha realizado un esfuerzo integral para atraer turistas de China y entender las necesidades y características que atraen a vacacionistas de esa nación. Alguna vez un hotelero me contaba que, por ejemplo, el desayuno es distinto y los bajos volúmenes que llegan no justifican la reconfiguración del servicio de un hotel que tiene todos sus procedimientos para atender a los turistas occidentales.

Un tercer elemento tiene que ver con la profesionalización del servicio, lo que requiere un mayor énfasis en la formación de capital humano para cumplir con los estándares internacionales que hoy son la norma en la industria de la hospitalidad de clase mundial. Son muchas las áreas de oportunidad del sector que es uno de los motores de la economía, pero una parte esencial tiene que ver con la seguridad, incidentes de violencia como los que afectaron a Playa del Carmen y Cancún, son un lujo que el país no se puede permitir.

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