José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

7 Mar, 2017

Silva-Herzog, la época de la crisis de caja

Falleció Jesús Silva-Herzog Flores, el secretario de Hacienda de la crisis de deuda de los ochenta, la de los sexenios de López Portillo y Miguel de la Madrid.

Jesús Silva-Herzog Flores fue, sin duda, un hombre de Estado. Representó toda una época de una economía petrolera, que de repente, se vio en la pesadilla del hueco por la caída de ingresos petroleros. Pasamos de la “administración de la abundancia” al “problema de caja” para poder pagar la deuda externa. Ésta fue la economía en la que Silva-Herzog fue secretario de Hacienda.

FRENTE A LA FE-UNAM, INTERESES Y FLUJO DE CAJA

Fue memorable cuando se enfrentó a estudiantes y académicos en la Facultad de Economía de la UNAM, en los años ochenta. Ahí, frente a un público difícil, Silva-Herzog salió adelante, o por lo menos con su perspectiva, la que argumentaba que el pago de los intereses de deuda era sólo un “problema de caja”, que no estábamos en moratoria de pagos, sino que teníamos un problema temporal de “flujo de caja”.

Eran tiempos en los que México argumentaba a los acreedores internacionales que no les podía pagar lo que le cobraban, que esos intereses eran irreales. Fueron los tiempos cuando México, junto con economías latinoamericanas, era exportador de capital por pagar los intereses. Eran los tiempos del reducido Plan Baker. Los tiempos en que los acreedores internacionales exigían los draconianos ajustes en las finanzas de los países, obligándolos a ajustarse el cinturón, y que concluyeron con el aciago “Consenso de Washington” que lideró el FMI y sus recetas ortodoxas.

A estos problemas se enfrentó Silva-Herzog Flores. Y hay que decirlo, los enfrentó con visión de Estado, de no pagar los costosos e irreales intereses ni tampoco cumplir todas las exigencias de ahorro (que traían crisis de crecimiento). Más adelante vino una óptica más agresiva, la de reducciones de capital de la deuda externa, pero por lo pronto, Silva-Herzog hizo lo que debía hacer, no pagar indiscriminadamente los intereses de la deuda externa.

SILVA-HERZOG, ENTRE SALINAS DE GORTARI Y AMLO

A Silva-Herzog Flores también le tocó lidiar con la nacionalización bancaria, la de crear bancos “estatales”, poner sus nuevos directores. Ya sabemos cómo terminó esa historia: mal. Pero fue una respuesta a un descontrol financiero de los bancos privados de principios de los ochenta, cuando había fuga de capitales en una economía cerrada.

Al final, Silva-Herzog no fue el candidato presidencial, sino que fue Carlos Salinas de Gortari. Pero Silva-Herzog supo hacer las paces con Salinas: terminó siendo su secretario de Turismo, y en ningún momento se metió con las políticas de su predecesor, Pedro Aspe.

Silva-Herzog todavía quiso regresar a la política al contender como jefe de Gobierno capitalino. Lo intentó y perdió frente a López Obrador. Sin lugar a dudas, Silva-Herzog fue un hombre de Estado, de una economía totalmente distinta a la actual, petrolizada, cerrada, con gran presencia del Estado como propietario y que enfrentó la crisis de la deuda y la salida de capitales.

QUÉ DEMANDA DE COBERTURAS CAMBIARIAS

Vaya demanda que hubo por las coberturas cambiarias. Se subastaron mil millones de dólares, y se demandaron dos mil 75 millones de dólares. La subasta de coberturas fue absorbida por el mercado, que quiere asegurar los dólares necesarios para hacer frente a compromisos financieros, pagos de deuda o compra de insumos importados.

Éste es el tipo de productos que requiere el mercado. El Banco de México y Hacienda hicieron bien en sacar adelante estos productos, en lugar de seguir por el camino de intervenciones directas que no tenían grandes efectos.

El Banco de México sí terminó ejerciendo seis subastas, con diferentes plazos. Todos estos fueron menores a un año. El total de las seis subastas fue de mil millones de dólares.

Un dato clave fue que ninguna de las subastas exigió un tipo de cambio mayor a los 21 pesos por dólar, lo que significa que a un año, el mercado estima que el peso mexicano se va a fortalecer y se apreciará frente al dólar. Nada mal para este primer paquete de coberturas cambiarias, cuyo programa terminará siendo por hasta 20 mil millones
de dólares.

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