José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

José Manuel Suárez-Mier

10 Mar, 2017

Persiste el caos en Washington

Para Jesús Silva-Herzog Flores gran mexicano y buen amigo

 

Muchos ingenuos pensaron que Donald Trump era capaz de madurar una vez que se sentara en la silla presidencial de la Oficina Ovalada y que empezaría a portarse más “presidenciable,” pero cumpliendo sus primeros 50 días su conducta sigue siendo errática, mentirosa e irracional y la de su equipo, una madeja de contradicciones.

El fin de semana acusó a Barack Obama, en su delirio tuitero sabatino y sin aportar evidencia alguna, de haberlo espiado en la Torre Trump y pidió al Congreso iniciar una investigación, cuando pudo preguntar al FBI si tal cosa era cierta. A diferencia de México donde el espionaje ilícito ocurre a diario, en EU se requiere que una corte especial apruebe intervenir conversaciones de supuestos agentes extranjeros.

Para variar Trump se metió autogol, pues si el Congreso no le hace caso, evidencia su menguante autoridad, pero si acata sus órdenes, empezará una verdadera indagación de la conexión de él y su equipo con agentes rusos, que ha sido múltiple y que ya forzó el cese del general Flynn, asesor en Seguridad Nacional, y a que el Procurador de Justicia Sessions se recusara de investigar el asunto.

Este escándalo eclipsó su bien recibido discurso ante el Congreso, que a mi juicio fue más de lo mismo, vago, reiterativo y cursi, pero como no insultó a nadie ni se salió del texto preparado, fue bien visto, lo que muestra la cota ínfima que se le fija a este energúmeno mendaz cuando se comporta con un mínimo decoro.

La agenda sustantiva con nosotros está aún por definirse. La propuesta del líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, del Impuesto de Ajuste Fronterizo (BAT) sobre el ingreso de las empresas, equivaldría a devaluar el dólar por el monto del impuesto, subsidiando exportaciones y gravando importaciones, es objetado por los importadores y provocaría acciones recíprocas de otros países.

Respecto a política comercial, depende quien y cuando tenga el micrófono. El asesor de Trump para temas comerciales Peter Navarro, en un incendiario discurso ante la Asociación de Economistas Empresariales (NABE), propuso declarar una guerra comercial a 15 países con los que EU tiene déficit comercial, incluido México.

Unos días antes Wilbur Ross, confirmado secretario de Comercio, quien parece será el líder del equipo en negociaciones comerciales, dijo que una “revisión sensata del TLCAN… conduciría a fortalecer el peso”, lo que en efecto empezó a ocurrir al día siguiente de su dicho, sólo para poco después amenazarnos con ¡usar una bazuca! 

Agregó que sería útil buscar un mecanismo que haga la paridad peso/dólar más estable y recordó el rescate del peso de Bill Clinton, en caída libre desde el zedillazo de diciembre de 1994, cuando se usó al Exchange Stabilization Fund, hasta entonces de uso exclusivo del Tesoro para influir en sus mercados financieros domésticos.

En cualquier caso, la negociación comercial tiene por fuerza que cumplir tiempos y requisitos legales. Se espera que la semana próxima el gobierno de EU solicite al Congreso autoridad para negociar —el llamado fast-track— y una vez concedido tienen que pasar tres meses antes de iniciar las pláticas, y la publicación, un mes antes de sentarse a la mesa, de los objetivos acordados con el Congreso para la negociación.

Además, en las últimas dos semanas se reunieron Agustín Carstens y José Antonio Meade con el flamante secretario del Tesoro Steven Mnuchin en un ambiente que ambos funcionarios mexicanos reportaron como positivo y alentador frente a la compleja agenda bajo su responsabilidad que ambos países desahogan a diario.

Entre unas declaraciones y otras, exabruptos, mentiras y amenazas, parabienes y elogios, es imposible otear qué nos depara el futuro con el esquizofrénico caos de Trump.

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