David Páramo

Análisis superior

David Páramo

15 Mar, 2017

La incompetente Cofece

La Comisión Federal de Competencia Económica es, por seguir el lugar común, una sucursal del manicomio. Parecería que la inmensa mayoría de las decisiones que toma está fundamentada en el hígado o las filias y las fobias, tanto del presidente como de algunos comisionados consentidos que confunden su nombramiento con un ladrillo que les está causando vértigo.

Desde casi cualquier punto de vista, las resoluciones de la Cofece son exóticas y no muy apegadas a razones lógicas. Temas menores, en los cuales se conoce el procedimiento, toman un año para resolver que no cumplen con los requisitos, como la operación de Chedraui y Soriana.

Bueno, en el extremo, dicen que pueden afectar la competencia en algunas regiones. ¿Realmente alguien cree que es lógico que una operación de nueve tiendas pueda afectar la competencia local, cuando en estas plazas hay competidores tan poderosos como Walmart?

Parece que hay una suerte de odio institucional en contra de Chedraui, al que han llegado a acusar y multar por no haber llenado debidamente unas formas francamente absurdas para analizar los procedimientos de competencia.

De hecho, parecería que no entienden los procesos modernos como los que siguen otras instancias, como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que para supervisar emplea elementos relevantes y no ver si se cumplió con llenar con tinta negra y completa el formulario 123ABC que debe ir por cuadruplicado, pero cada versión con una tinta diferente.

Tristemente no se trata de un caso aislado, ahí está la exótica posición que tomaron en el intento de Sherwin-Williams de comprar Comex, que luego fue vendida a un competidor de mayor tamaño global, o la ridícula posición que asumieron ante el Departamento de Transporte de Estados Unidos en el caso de los slots que tendría que dejar en Nueva York Aeroméxico y Mexicana de Aviación.

Los abogados suelen decir que lo que no suena lógico suena metálico. Sin embargo, hasta el momento no hay evidencias de que sea la motivación del lamentable pleno de la Cofece, sino una mezcla entre soberbia intelectual, aderezada con una gestión de sus funcionarios verdaderamente incompetente.

Si bien es cierto que este pleno, como el del Instituto Federal de Telecomunicaciones, se integró mediante un proceso de selección en el cual se eligió a las personas mejor calificadas, también es un hecho que su coordinación o su forma de trabajo ha resultado desastrosa y sus resultados patéticos.

Si se hace un corte de caja sobre las determinaciones que ha tomado la Cofece y su impacto en la competencia a favor de los consumidores, resulta que esta instancia lejos de ser un motor, se ha convertido en un freno importante para el desarrollo del país.

Tristemente la forma en que se integró el pleno evita que los ineptos funcionarios puedan ser removidos con facilidad y, mientras tanto, los usuarios de la competencia, es decir, todos los mexicanos, tendrán que parecer por resoluciones tan exóticas como fuera de lugar. Lástima.

IMBERBES

Es cada vez más común que a los primeros lugares directivos de la banca en México estén llegando algunos personajes que deberían hacerse un favor y documentarse sobre el proceso que vivió el sector financiero, desde la privatización hasta no hace mucho en que la banca se consolidó como uno de los más sólidos instrumentos para el país.

Hay algo así como una generación de millennials bancarios que no saben lo que costó la crisis o lo que tuvo que hacerse para traer a la banca hasta el momento en el que se encuentra hoy ni quienes fueron los protagonistas o fingen no hacerlo porque eso les ayuda a olvidar que ellos no han ganado mucho más que los cargos que tienen y no han aportado nada nuevo para las instituciones que hoy comandan.

Desde hace poco más de un año he insistido en esta columna que si se olvida el pasado de la banca en México se está en riesgo de cometer gravísimos errores que traerían crisis y desolación para la economía mexicana. Esta generación de millennials bancarios no ha ganado nada en la vida, pero puede causar muchas pérdidas. Habrá que seguirlos de cerca.

ENDURECIMIENTO

¿Dónde están todos aquellos que gemían y lloraban por las supuestas pérdidas de inversión ante la llegada de
Donald Trump, que realmente fueron mínimas, ante anuncios de inversiones como las del BBVA, Delta, Walmart o el incremento en la tenencia de bonos mexicanos por parte de extranjeros?

En un arranque mínimo de ética deberían reconocer que la realidad es muy diferente a los sueños catastróficos que tuvieron en contra del país.

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