Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

16 Mar, 2017

¿Cuánto tiempo más con este ritmo de endeudamiento y gasto?

Desconozco la respuesta; es más, me parecería una irresponsabilidad imperdonable, pensar siquiera en que yo podría dar una, mínimamente seria, a una pregunta de esa índole. Hacerlo sería, además, muestra igual de una falta de honradez intelectual y seriedad profesional a la que exhiben los que afirmare que el precio del dólar estará mañana —o la semana que viene—, a tanto más cuanto.

La elaboración de pronósticos en relación con éste o aquel indicador, debería ser materia de personajes como Walter Mercado o de damas que ven el futuro como Madame Sassú y Samira, no de analistas serios con la mínima honradez intelectual.

Lo que en realidad importa —de la pregunta del título—, no es tanto el tiempo que continúe la SHCP con su política de elevación sistemática del monto de la deuda del sector público federal y el gasto público, sino los efectos que esa conducta tiene en el conjunto de la economía.

Con miras a entender mejor el impacto del endeudamiento sin freno, le doy algunos montos de la Deuda Neta del Sector Público Federal (DNSPF). Para diciembre del año 2014: $6.947 billones de pesos; diciembre del año 2015: $8.160 billones de pesos, y diciembre del año 2016: $9.693 billones de pesos. También, para que se dé una idea de las decisiones que toma la SHCP en los días que corren, le informo que para el 31 de enero de este año, en monto ya era de $9.817 billones de pesos.

En 25 meses —del 31 de diciembre del año 2014 al 31 de enero de 2017—, el monto de la DNSPF creció 41%. Nada más, pero nada menos. Ahora bien, preguntémonos: ¿cuál será el monto de la DNSPF al 31 de diciembre de este año? ¿$10. 5 billones de pesos, o llegará a $11.0?

En realidad, el monto que alcance para esa fecha o para otra cualquiera, no tiene tanta relevancia como el Costo Financiero de la DNSPF. Este es el monto que debe importarnos más en los tiempos actuales porque, el monto impacta directamente en el Presupuesto de Egresos de la Federación. A mayor costo financiero, menos recursos para otros rubros.

Para sufragar el costo financiero de un monto como el que le di arriba y para el que se vislumbra para este 31 de diciembre, es que la SHCP eleva y eleva el IEPS; de lo que recauda, uno pensaría, que Pemex resultaría el principal beneficiado; pero no, a la SHCP, más específicamente al gobierno federal, le importa su suerte electoral, nada más que eso.

¿Cuál es entonces el problema que enfrentaría el país y su economía, más allá del debilitamiento de las finanzas públicas en caso de la elevación de la DNSPF? La obligación de destinar un monto mayor que el programado, para sufragar el costo financiero de dicha deuda.

Si a esto agregamos el menor volumen esperado de extracción de petróleo y en consecuencia, una menor exportación de crudo y mayores importaciones de gasolinas y diesel, estamos ante la tormenta perfecta. Otra vez, ¿ve usted con claridad, por qué la SHCP eleva y eleva el IEPS, sin importarle el impacto que estas decisiones tengan en el nivel de inflación?

Si al mismo tiempo tomamos en cuenta que este año habrá elecciones en Coahuila, Edo. de México, Nayarit y Veracruz, es posible esperar —si nos atenemos a la experiencia—, que Hacienda no lleve a cabo el obligado ajuste del gasto. A gastar, a gastar, que el país se va a acabar parece ser la guía de Hacienda. Es claro, por más que gasten y se endeuden, que México no se acabará; lo que sí podría registrarse, sería un cambio de partido en la Presidencia de la República.

Sin embargo, para decidir eso, falta mucho. Mejor tratemos de llegar completos y en paz, a esa fecha clave para el desarrollo político y económico de México. Lo demás, copias burdas del trabajo serio y profesional de Walter Mercado.

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