Los voceadores: el último eslabón de un periódico

CIUDAD DE MÉXICO.- Desde hace 100 años, el periódico Excélsior atrapó las miradas del mundo, al ser testigo de las grandes transformaciones nacionales e internacionales. Durante todo este tiempo, su nombre y las noticias que publica, han sido pregonadas y vendidas por los voceadores.

Ellos son el último eslabón entre la labor periodística y el contacto con los lectores de periódicos.

El origen

Antes eran conocidos como "papeleros", pues en los primeros años de su distribución en el país, a los periódicos se les llamaban papeles. 

Así han sido los 100 años de Excélsior por el mundo de los negocios

No se tiene registro sobre cuándo se les comenzó a llamar voceadores, pero la Real Academia de la Lengua describe que su significado es, "que vocea o da muchas voces"; por lo que en países como Ecuador, Perú y México se les relaciona con este término.

Una imagen de nostalgia

Películas mexicanas y de otros países son las encargadas de recordarnos la figura de jóvenes parados en las esquinas, gritando sin parar alguna noticia, que poco a poco atraen a hombres y mujeres, para comprar los periódicos que cargan bajo el brazo. 

Esta es la imagen que muchos tenemos de los voceadores, pero que al menos en México ya solo forma parte del anecdotario de la prensa mexicana.

Ya no existe la figura que se abastecía de todos los periódicos en los expendios desde temprana hora para "cantar" las noticias más importantes de cada publicación, buscando que la gente se interesara por alguno.

El oficio transformado, pero con la misma esencia

En su lugar, quienes se encargan de llevar las noticias hasta las manos del lector son vistas en los cruceros de diversas ciudades, portando uniforme de su respectivo periódico y desplegando cada sección de la publicación en unos pequeños mostradores. 

Con un salario base que oscila entre los 500 y 600 pesos al mes, dependiendo del periódico que se distribuya, los voceadores ganan además una comisión de venta del 6% o 7%, por ejemplar vendido.

Aunque ya no pregonan los hechos, mantienen ese espíritu de servicio, con facilidad de palabra y empatía con las personas que se quedan atrapados por la luz roja del semáforo, o quienes caminan por las calles.

Como Adela Palafox, voceadora desde hace 14 años, quien vivió la transformación del periódico de la vida nacional y desde que decidió dedicarse a la venta de periódico, el Excélsior ha sido su predilecto.

"Aunque me han ofrecido ganar más o tener mi propio puesto de revistas, yo siempre preferí trabajar aquí", afirma la señora de 61 años de edad, quien sigue con la tradición que le heredaron sus padres.

Su punto de venta es el crucero de Paseo de la Reforma, a la altura del Ángel de la Independencia. Un lugar emblemático para los capitalinos, donde, además se necesita tener paciencia y buena actitud para tratar con los lectores, manifestantes, granaderos y turistas que convergen en ese cruce.

Foto: Dinero en Imagen

Cada mañana, Adela va por sus periódicos, recién salidos de la prensa, a las 6:30 de la mañana, para luego venderlos de 7:00 a 11:00 hrs, de lunes a viernes.

"Tengo entre 12 y 15 clientes, que todos los días me compran", explica Palafox, quien es la viva imagen de alguien con vocación, que ama su trabajo y se apasiona por lo que hace todos los días.

La Casa del Voceador

Su voz se ha disipando con el paso de los años, y aunque hoy ya no escuchamos el “Extra, Extra”, los voceadores se posicionan como uno de los gremios más antiguos.

La Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México, A. C., antes “Unión de Expendedores y Voceadores de la Prensa del Distrito Federal”, se creó el 15 de enero de 1923 en la Ciudad de México.

A lo largo de 94 años La Unión se ha consolidado como la institución más antigua del periodismo mexicano al servicio de los medios impresos y de los lectores de la Ciudad de México y su área metropolitana, y ha contribuido al ejercicio y democratización del derecho a la información además de luchar por lograr mejores condiciones de vida.

En un principio, La Unión estaba formada por 2 mil agremiados, voceadores, repartidores y expendedores: mil hombres, 500 mujeres y 500 niños. 

Cada 20 de abril, desde 1953, se celebra el Día del Voceador, para reconocer su importancia, ya que no solo cumplen una función comercial, sino también cultural e histórica. Sin ellos no se podría enlazar la enorme cadena que implica crear un periódico, ni llegar al objetivo final: Tú.

kgb