Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

23 Mar, 2017

¿Ya olvidó el gasolinazo? ¿Se acomodó a él sin problema alguno?

Este martes, en mi intervención en Imagen Radio con Pascal Beltrán del Río, él me hizo una pregunta —la primera del título—, ante la cual, por encima de la sorpresa primero, apareció un sentimiento de frustración y coraje por la respuesta que debí dar. De entrada, antes de cualquier otra consideración al respecto, respondí a la pregunta de Pascal con un rotundo ¡Sí!

Hoy, todo así lo deja ver, hemos olvidado el gasolinazo del 1 de enero de este año. Tal parece que en materia de precios de los combustibles —dos gasolinas y el diesel—, todo marcha miel sobre hojuelas. Con una resignación casi franciscana, las imágenes que no hace mucho veíamos con azoro, han caído en el olvido casi total.

¿Qué fue de los saqueos y las protestas violentas producto —decían algunos—, de la indignación y coraje del pueblo ofendido por el golpe al bolsillo y la economía familiar, decían, de un incremento no visto en muchos años de los precios de los combustibles?

Después de las protestas y saqueos, ¿acaso la SHCP corrigió, lo que no pocos consideramos una estrategia para obtener recursos con miras a contribuir a sufragar el alto costo financiero de una deuda que no para de crecer, más allá de un simple ajuste de precios de las dos gasolinas y el diesel?

Hoy en México, por más que algunos panegiristas oficiales de este gobierno —y no pocos oficiosos—, afirmen que el proceso de apertura del mercado de los combustibles marcha viento en popa, la realidad es muy diferente. Lo que tenemos no es, siquiera, un remedo de apertura de ese mercado; ni por el lado de la oferta, ni en lo que se refiere a la fijación de los precios.

La Fórmula desarrollada por Hacienda, que muy pocos de nuestros analistas se han tomado la molestia de tratar de entender (y los pocos que lo intentaron, desistieron casi de inmediato al ver los subíndices en algunas de las variables y los exponentes en otras), quizás por la exigencia implícita de conocimientos matemáticos propios del tercer año de la educación secundaria.

Sí, reconozcámoslo, los conocimientos —rudimentarios en algunos casos—, de las cuatro operaciones fundamentales, no bastan para entender la Fórmula desarrollada por el Dr. Messmacher.

En consecuencia, la hoy arrumbada Fórmula yace por ahí empolvada, y la intentona de construir un libre mercado de los combustibles en México ha sido reemplazada por la mano, bien visible, de funcionarios hacendarios que a la fecha, lo único que buscan es algo más terrenal y menos matemático: Más y más $$$, para aportarlos a la bolsa con la cual se pagará el costo financiero de la Deuda del Sector Público Federal.

Repito ahora la pregunta de Pascal: ¿Ya olvidamos el gasolinazo? Al margen de si nuestra tradicional y arraigada amnesia en temas públicos hizo su aparición una vez más, ¿ni siquiera por no dejar, intentamos conocer las variaciones del IEPS desde el 1 de enero al viernes 17 de este mes, y el porcentaje que el monto de dicho impuesto representa en el Precio Máximo de cada uno de los tres combustibles?

Para qué, me diría alguien. Y sí, por momentos estoy a punto de rendirme y aceptar su respuesta: ¿Para qué? Sin embargo, lo intento otra vez, y doy el nuevo monto del IEPS para ver si surge el interés, ya no de repetir los saqueos y las protestas violentas, sino de exigir al diputado federal elegido en el distrito donde vivimos, para que al menos nos explique el mecanismo utilizado para fijar el precio máximo de, cuando menos, la gasolina Magna.

Sin embargo, reconozco, la incógnita queda; ¿por qué olvidamos tan rápido? ¿De dónde nos viene esa amnesia ciudadana? ¿Acaso, me respondió alguien, somos el ciudadano creado durante 71 años de priismo?

Y pensé, ¡pue’ qué sí!

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