Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

29 Mar, 2017

Caras

“Un sitio de internet es capaz de escanear tu rostro y decirte a qué celebridad te pareces... o algo así”. Con este título, Buzzfeed dio a conocer en noviembre de 2014 una nota sobre un software de reconocimiento facial que puede determinar si una persona tiene la apariencia de David Beckham, Tom Cruise y Christian Bale al mismo tiempo.

El programa se llama Face++ y fue desarrollado por la compañía china Megvii con una tecnología que combina visión computarizada y minería de datos. Según su página web, una vez que digitaliza el rostro busca en un banco de retratos para detectar similitudes, localiza puntos clave y analiza edad, género, emociones, poses, estatus de los ojos y otros rasgos.

Face++ presume entre sus clientes a Lenovo, cuya aplicación para videollamadas utiliza su sistema para que el usuario simplemente sonría frente a la cámara y pueda acceder a sus cuentas sin necesidad de contraseña. También colabora con la página de citas Jiayuan.com para ayudar a los buscadores de pareja a encontrar prospectos que les gusten.

Otra utilidad la brinda a Didi, compañía matriz de Uber China, que emplea el reconocimiento facial para una experiencia de conducción segura para los clientes, al autentificar la identidad del chofer. Además permite que los clientes de la aplicación de pago electrónico Alipay restablezcan su password perdido mostrando sólo una sonrisa.

Con otras utilidades prácticas, la plataforma está disponible en la página actualizada www.faceplusplus.com, la cual todavía incluye una pestaña que lleva a su versión original, la cual jubilará el próximo primero de mayo, y que todavía se jacta de tener una enorme base de datos con imágenes de celebridades... por si alguien sigue con la curiosidad de saber con qué actor, deportista o político podrían confundirlo.

Algo de esta vocación ociosa ha sido explotada recientemente –y con menor sofisticación– por Vonvon, una compañía de entretenimiento surcoreana con más de 200 millones de visitantes mensuales y que está especializada en quizzes, los cuestionarios y test que evalúan de manera juguetona la personalidad de los usuarios de Facebook.

Entre toda una variedad de pruebas que incluye la página de Vonvon está “Which celebrity do you like”, viralizada recientemente en México con el título “¡¿A qué Famoso te Pareces!?”. Funciona así: el curioso debe asociar su cuenta de Facebook con la app de Vonvon para que esta tenga acceso a su información, incluidas, por supuesto, las fotos de su muro. Con éstas, podrá darse cuenta del asombroso parecido que supuestamente guarda con estrellas como Adam Levine, Bruno Mars o Keira Knightley.

¿Qué tienen en común Face++ y Vonvon, además de su origen asiático? Que por buenas que sean sus intenciones –una como servicio y otra para diversión–, ambas han provocado debates e inquietud sobre la seguridad de los datos personales que recolectan.

Así lo expone, en el caso de China, el número marzo-abril de la revista MIT Technology Review, que incluye al reconocimiento facial como una de las 10 tecnologías revolucionarias de 2017. El reportaje recuerda que Pekín cuenta con un omnipresente sistema de cámaras que alimenta la de por sí vasta base de datos de rostros, la cual utiliza para ubicar y perseguir a criminales.

En cuanto a Vonvon, su test de rostros célebres revivió una polémica en la que ya había estado involucrada en 2015 gracias a otro juego titulado “What are your most used words on Facebook”, acusado de apropiarse de datos personales sin dejar claro con qué finalidad. Un reportaje de la revista Time determinó en aquella ocasión que la firma surcoreana sí estaba utilizando los datos de manera segura, citando a Jeremy Gillula, un experto de la organización Electronic Frontier Foundation, defensora de los derechos civiles en internet.

El tema de la privacidad cobra mayor relevancia luego de que la mayoría republicana en el Congreso estadunidense autorizó, justo ayer, que las compañías proveedoras de internet puedan vender al mejor postor los datos personales de los usuarios –entre ellos sus historiales de navegación en la red– sin necesidad de solicitarles su consentimiento. De esa forma sepultó otro de los legados de Barack Obama.

Sin necesidad de jueguitos o softwares sofisticados, la era Trump parece haber encontrado la forma de verle la cara a los internautas.

                                marco.gonsen@gimm.com.mx

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