Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

10 Abr, 2017

Energética y educativa, reformas en peligro

Las dos reformas que cambiarán el destino de México, la Energética y la Educativa necesitan un blindaje que las proteja y garantice su continuidad en los cambios políticos.

Aunque había sido costumbre en México que cada Presidente llegara a inventar la nación y acabar con lo que había hecho su predecesor, lo que México ha avanzado en los últimos 25 años se debe en buena medida a que los últimos cuatro presidentes han dado continuidad a las política anteriores, especialmente, en lo que se refiere a manejo de la estabilidad económica.

Es verdad que a Fox y a Calderón el PRI les ató las manos para casi todos lo que propusieran.

A Fox le reventó la Reforma Fiscal que propuso en 1991; a Calderón, la Reforma Petrolera que llevó al Congreso en 1998.

Enrique Peña Nieto logró, gracias a su habilidad para formar mayorías, dos de las grandes reformas que México necesitaba, la Energética y la Educativa, pero la posibilidad de que López Obrador gane la Presidencia de la República amenaza la vida de ambas transformaciones.

En su estrechez de miras, AMLO concibe ambas reformas como privatizadoras lo que para él es lo peor que le puede pasar a un sector.

Ha dicho que de llegar a la Presidencia de la República hará una consulta popular sobre la Reforma Energética.

Si pregunta si los mexicanos quieren que Pemex siga siendo de ellos y si prefieren que el petróleo sea de México y no de las empresas trasnacionales, tendrá abierto el camino para echarla atrás, respetar los contratos ya firmados de exploración y explotación y, simplemente, no hacer ninguno más, regresar al control de los precios de las gasolinas y la reforma se habrá acabado.

Peor peligro corre la Reforma Educativa. Aunque la mayoría de los maestros van a tirones avanzando en ella, lo cierto es que serían felices si se acabara.

El magisterio quiere el regreso al pasado: nada de carrera magisterial, nada de evaluaciones, nada de más trabajo y preparación.

Por desgracia, no parece haber nada que blinde a la Reforma Educativa de los cambios políticos; aún si alguien del PRI o del PAN ganara la Presidencia, no hay garantía de que quien llegue no tenga a tentación de ponerle a la educación su “toque personal”.

Si el nuevo mandatario fuera AMLO, irremediablemente la Reforma Educativa se acabará. Toda la concepción que él tiene sobre la mejora de la educación es abrir a las universidades a todos los jóvenes que aspiren a hacer una carrera, sin necesidad de hacer exámenes de admisión, lo cual sólo colapsaría a la educación superior.

Lo demás ni le interesa ni lo concibe. Preferirá los aplausos de los maestros y en especial de la CNTE que seguir adelante con el Nuevo Modelo Educativo.

El gobierno de Peña Nieto necesita redoblar esfuerzos para socializar el Nuevo Modelo Educativo. Convencer a los padres de familia y a la sociedad entera de que si queremos un mejor México en todos los sentidos,  necesariamente el proyecto pasa por un sistema educativo que prepare a los jóvenes para un mundo más exigente.

Sólo la sociedad puede defender el Nuevo Modelo Educativo de personajes como AMLO.

Hasta el próximo lunes y sígame en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado.

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