Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

11 Abr, 2017

Corrupción y turismo, una historia de Silva Herzog

Ahora que la profesión política en México se encuentra tan devaluada, resulta más interesante conocer y recordar a esos personajes que trabajaron para el bien de México y uno sin duda fue Jesús Silva Herzog Flores, quien falleció recientemente.

En realidad, es difícil seguir la huella que dejó en el turismo, pues su paso por esta actividad se limitó a un año en el que estuvo al frente de la secretaría, más como una forma de mantenerse en el gabinete hacia el final del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

Por eso resultó interesante descubrir un libro sobre este político, Celebrando a Jesús Silva Herzog F, que editó un grupo de amigos y colaboradores cercanos y del que sólo se imprimieron 250 ejemplares.

Fue David Espinosa quien fungió en aquella época como su secretario privado, a través del cual este espacio tuvo acceso al tomo, pues actualmente es el director general adjunto del Consejo de Promoción Turística de México.

De hecho, Espinosa llegó al turismo con Silva Herzog y allí ha hecho toda su carrera como servidor público; lo mismo que Francisco Madrid, uno de los expertos más reconocidos del turismo mexicano, quien también fue “descubierto” por el célebre Diamante Negro, al nombrarlo por primera vez director general en Sectur.

El libro recoge anécdotas y remembranzas de otros personajes de la política como José Ángel Gurría, David Ibarra, Guillermo Ortiz Martínez, Jesús Reyes Heroles G.G., Bernardo Sepúlveda Amor, María Elena Vázquez Nava y Jaime Serra Puche, por mencionar algunos exsecretarios de Estado.

Sin pasar por alto a Paul A Volcker, quien fue director de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Los denominadores comunes sobre Silva Herzog son su honestidad, talento, calidad de estadista, austeridad próxima a la tacañería, buen humor en tiempos difíciles y ecuanimidad, pues cuando todo estaba por salirse de control siempre tenía confianza en que las “naranjas se acomodan solas”.

Pero de entre todas las evocaciones y anécdotas hay una que cuenta Javier Medina Medina, su secretario particular cuando Silva era secretario de Turismo, que deja ver algo más sobre su forma de comportarse ante las tentaciones económicas.

De acuerdo con esta versión, Medina le contó a Silva que un empleado de un expresidente le había pedido su ayuda para que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) pagara por la construcción de una carretera sobre la que había diferencias técnicas, para ganarse una comisión.

Esas cosas van a pasar muchas veces, contestó Silva, y le contó a su vez que el día anterior un grupo de empresarios le llevó un proyecto turístico importante.

Ellos le ofrecieron formar parte del mismo, a lo que respondió: “Yo llevo 30 años en esto y nunca lo he necesitado ni lo voy a necesitar”.

Entonces el presidente del grupo comentó que ya había entendido y que hablarían con “Chucho chico”, su hijo.

“Está bien. Hablen con Chucho mi hijo”, contestó, “sólo les advierto que como él tiene menos experiencia... ¡Los va a mandar más directamente a la chingada!”.

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