Salo Grabinsky

Del verbo emprender

Salo Grabinsky

15 Abr, 2017

Las empresas familiares en épocas críticas. Serie: Legados y Herencias

El sistema familia-empresa y patrimonio es un organismo vivo, cambiante y, aunque tratamos de mantenerlo estable con reglas y estructura, hay ciertos fenómenos dentro del ciclo que no son controlables. Uno básico es la declinación física y mental de sus propietarios y ejecutivos clave, además de que los familiares sean accionistas o no. Este evento es irremediable y termina en el fallecimiento, algo natural en todos los seres vivos, pero que si no se maneja correctamente puede dar al traste con todos los planes previos.

El fallecimiento o, como está pasando cada vez más frecuentemente, la incapacidad mental del emprendedor son acontecimientos que deben ser planteados y, en lo posible, resueltos mediante documentos y acuerdos para no afectar el patrimonio de éstos y sus familiares cercanos, y especialmente a la empresa en operación.

En esta columna voy a enfatizar la importancia capital de que se dejen arreglados los asuntos mediante testamentos, poderes, juicios si son necesarios y otros documentos para que el negocio no quede acéfalo y haya un vacío de poder que, desgraciadamente, es generalmente llenado por las personas menos indicadas. Obviamente debe imperar la justicia y protección de los familiares cercanos y ser éstos razonables, con sentido común y previsión.

Empezando por los testamentos, que son documentos personalísimos, nadie debe influir o coaccionar al testador a que deje algún bien bajo presión, y el documento debe ser presenciado por un notario y testigos (si se requieren) y legalizado para que funcione. Mi recomendación es siempre ser justo y no dejarse llevar por el corazón o el hígado, salvo casos aislados.

En cuanto a la propiedad accionaria del negocio familiar, quisiera que al redactarlo tomen en cuenta que éste debe mantener su continuidad a través de las generaciones y los futuros accionistas deben tener tomado muy en cuenta tanto su esfuerzo al trabajarlo como el corazón en continuar la obra del fundador. Los demás familiares debieran recibir otros bienes, ya que no tienen (y están en todo su derecho) el interés del testador en mantenerlo y al mezclar ambos herederos surgen conflictos que acaban proyectos y sueños de décadas.

Si el patrimonio del testador consiste principalmente en su empresa, esto se complica, pero se pueden buscar arreglos de compraventa de acciones entre los descendientes para que sea justo el reparto y no afecte a la relación familiar ni al futuro del negocio. Puedo atestiguar múltiples casos en los que apoyé y sugerí a mis asesorados en sus legados, herencias y, si se hacen correctamente previendo el futuro, se evitan problemas. También he presenciado terribles juicios por testamentos (o falta de éstos) donde el único que gana es el abogado.

Finalmente, hay que afrontar casos de demencia senil y enfermedades que limitan o apagan el razonamiento del dueño y hay que prevenir o, muy doloroso por cierto, hay que cambiar legalmente su estatus y poderes para que no se paralice tanto la empresa  como el patrimonio.

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