José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

18 Abr, 2017

Turismo, el caso Puebla

La actividad turística vive su mejor momento en México. Durante 2016 recibimos 19 mil 570 millones de dólares por divisas turísticas, superando las del petróleo que al contrario, viven uno de sus peores momentos.

Desde luego, el tipo de cambio incentivó la llegada de turistas extranjeros, pero también han sido las políticas públicas, federales y algunas locales que han diseñado productos turísticos llamativos.

PUEBLOS MÁGICOS, UNA ALTERNATIVA

Ahí encontramos el caso de Puebla, un estado del centro del país con potencial turístico: iglesias barrocas como pocas ciudades del mundo, gastronomía especial, zonas prehispánicas. El reto era darlas a conocer y… crear productos específicos.

Así surgió la llamada Estrella de Puebla (enorme rueda de la fortuna que trata de emular a las de las grandes capitales turísticas), limpiar el centro de la ciudad de ambulantes y de cableado, promover el tema de Pueblos Mágicos (Puebla es de las entidades con más denominaciones de Pueblos Mágicos, tiene nueve desde Cholula hasta Cuetzalan), meterse a las Denominaciones de Origen donde se explotó la artesanía de Talavera y ahora se acaba de obtener la denominación del mezcal poblano.

Bajo ese contexto, se cuidó un baluarte cultural como la Biblioteca Palafoxiana (que data del siglo XVI). Pero faltaba un icono moderno. Y si bien se cuenta con el Museo privado Amparo, y vaya que es un museo con interesante mezcla arquitectónica, salas prehispánicas, línea del tiempo, aún así se necesitaba un esfuerzo adicional.

MUSEO DEL BARROCO Y “TÚNELES” DE PUEBLA

Y lo lograron. El proyecto icono fue el Museo del Barroco, un museo construido por el arquitecto japonés Toyoo Itō (Premio Pritzker 2013). El diseño es especial, ondulado, con luz natural, sencillo, dando paso a lo que hay dentro: lo rebuscado del arte barroco. La museografía del barroco es lúdica, interactiva, digital. Este es el tipo de productos turísticos que son llamativos para una ciudad. El caso más claro de este tipo de “productos turísticos”, guardando toda proporción, es el Guggenheim de Bilbao, una ciudad que se volvió de servicios gracias, en mucho, a este icónico museo.

Y de ahí los poblanos se siguieron con otros dos proyectos. Uno, un pequeño tren turístico de Puebla a Cholula para llegar a ver un nuevo Museo de la pirámide de Cholula (la única en el mundo que está enterrada). Y el otro proyecto, ya hecho realidad, son los denominados “Secretos de Puebla”. Se trata de los túneles que todo mundo creía que se tenían en la ciudad, pero que nadie había podido confirmar.

Y sí, lo referían algunos historiadores: la existencia de un túnel subterráneo que llega a los fuertes y hay quien dice que pudo ser cierto que el general Ignacio Zaragoza y sus hombres los utilizaron para ganarle a los franceses en la celebrada Batalla del 5 de mayo. Quizá. O que eran túneles utilizados por la iglesia y que nadie más conocía.

LA CONTINUIDAD Y LOS NÚMEROS

Este tipo de “productos turísticos” que van desde museos hasta aprovechar descubrimientos como los túneles subterráneos, vaya que atraen. Hay quien dice que se debe a la continuidad de política turística entre los gobernadores Rafael Moreno Valle y Tony Gali.

Le preguntamos al secretario de Turismo de la entidad, Roberto Trauwitz, si de verdad han aumentado los números de la actividad. Y los datos que dan son interesantes: de 2010 a 2016 el número anual de visitantes aumentó 104.7%, de 6.9 millones a 14.1 millones de visitantes.

Se han duplicado los visitantes extranjeros. El periodo de estancia se elevó a dos días. Ya hay una derrama turística que se duplicó en seis años para llegar a 13.2 mil millones de pesos.

En lo dicho: el turismo es una industria con potencial en México, pero hay que crear “productos”, infraestructura y servicios para atraer al visitante. Puebla lo está buscando.

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