José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

25 Abr, 2017

¿Temor a los primeros 100 días de Trump?

Donald Trump pide, otra vez, que México pague el muro fronterizo. Sin embargo, la reacción de mercados, analistas y también del gobierno mexicano fue diferente. Consideran que se trata de una búsqueda, desesperada, del inquilino de la Casa Blanca para obtener credibilidad, pues al estar por cumplir 100 días de su mandato, pocas promesas de campaña le han salido. Y lo peor: su gobierno no logra un acuerdo con el Congreso para operar el presupuesto, corriendo el riesgo de frenar muchas operaciones a partir del próximo viernes 28 de abril.

NI MURO NI REMESAS NI TLC

En estos primeros 100 días de Trump su agenda con México, no le resultó. Tropezó con la realidad.

Ni se empezó a construir el muro fronterizo por tener un costo elevado y poca efectividad en frenar una migración que también les ayuda.

Ni se ha podido iniciar la renegociación del Tratado de Libre Comercio (Nafta), porque Trump no obtiene la autorización del Congreso para su representación comercial.

Tampoco se han confiscado remesas de trabajadores mexicanos que envían su dinero a nuestro país.

Y se empezó a frenar el acoso de las empresas estadunidenses que se instalaban en México. Quizá la única importante fue Ford. Trump cree, inocentemente, que así va a llevar empleos a Estados Unidos, cuando su problema es de productividad y competitividad.

ROSS, MNUCHIN, TILLERSON, CON GUAJARDO, MEADE Y VIDEGARAY

A diferencia de Trump, su equipo gubernamental está en la realidad con México. Ven a nuestro país como una economía clave para ayudar a Estados Unidos en competitividad, seguridad, comercio, economía.

Wilbur Ross, secretario de Comercio y conocedor de sectores y de transacciones internacionales, ya se reunió con Ildefonso Guajardo, secretario de Economía de México, y señaló que nuestro país puede ser visto como parte de una región manufacturera de Norteamérica para formar un bloque productivo en contra de China.

Ross habló de renegociar un acuerco comercial “sensato” para todas las partes.

Incluso el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, tras reunirse con José Antonio Meade, secretario de Hacienda, se ha referido a México con la intención de fortalecer la importancia económica estratégica entre ambos países, en aduanas, lavado de dinero y seguridad financiera.

Aquí en la Ciudad de México hubo una reunión entre el secretario de Estado estadunidense, Rex Tillerson, y Luis Videgaray, canciller mexicano. Ahí se refirieron a puntos de seguridad, en donde también estuvo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio.

En otras palabras: acercamientos ya hubo, el diálogo es existente entre el gobierno de Trump y el de Peña Nieto, y los funcionarios estadunidenses están mucho más sensibilizados sobre la realidad mexicana y cómo nuestro país puede ser un aliado y socio comercial efectivo para EU.

MURO, ¿OTRO OBAMACARE PARA TRUMP?

A pesar de estos acercamientos entre funcionarios de EU y México, en los que se han tenido avances en la relación bilateral, Donald Trump necesita popularidad. Cree que la puede ganar regresando al tema de inicio de su campaña electoral y de sus primeros (y terribles) días al frente de la Casa Blanca: atacando a México, argumentando que debe pagar el muro fronterizo.

Desde luego el Presidente estadunidense sigue representando un riesgo para México, pero ya se vio que ese riesgo ha disminuido. Trump ha perdido batallas políticas fuertes (como el querer tumbar al Obamacare), y sus funcionarios están mucho más sensibles hacia México. Además, el proyecto del muro fronterizo muestra animadversión contra un socio comercial y aliado en materia de seguridad, y les va a resultar muy caro. Sin embargo Trump necesita banderas políticas para hacer creer que le ha ido bien en sus primeros 100 días, y él en su corta visión, considera que el muro fronterizo es una de ellas.

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