David Páramo

Análisis superior

David Páramo

2 May, 2017

Se fue el fantasma

Durante la 80 Convención Bancaria había quienes trataron de inflar, cual globo de feria, la regulación para las llamadas Fintech y, de hecho, los funcionarios de la Secretaría de Hacienda y de la Comisión Nacional Bancaria circularon un proyecto de ley no sólo entre los representantes de este sector que se dieron cita en Acapulco, sino también entre los banqueros.

Como es común con estos cometas financieros, no faltaron los periodistas ingenuos o necesitados de un notición que exageraron hasta el escándalo. Dijeron, por ejemplo, que son el nuevo sistema financiero, que eran un peligro para los bancos y que revolucionarían al sistema financiero o absurdos similares.

Cuando se tiene sentido común y una larga experiencia en temas financieros, no se cae tan fácil en esos engaños para novatos. Tan sólo desde el principio de la década de los noventa y, hasta ahora, se ha pasado de las empresas punto com (que algunos inventaron que serían como una nueva revolución industrial) a las financieras hipotecarias, cajas de ahorro, sofomes, sofipos hasta llegar ahora a las Fintech.

En todos estos casos se dijo que la banca tendería a desaparecer porque no se adaptaba correctamente a las necesidades modernas y que ése sería el futuro. En absolutamente todos los casos, la vieja banca, como existe desde la Edad Media, ha continuado su racha invicta.

Muchas veces porque las figuras no funcionan de manera adecuada y se convierten en nidos de rateros, como en su momento fueron muchas cajas de ahorro, del tipo de El Arbolito, o sofipos como Ficrea.

Otras veces porque, simple y sencillamente, fueron devorados por los bancos. Las hipotecarias parecía que darían competencia a los bancos en la colocación de créditos hasta que Bancomer, que en ese momento era la institución líder en créditos hipotecarios, compró a Hipotecaria Nacional, que era la empresa de mayor crecimiento. La institución de crédito que hoy dirige Eduardo Osuna sigue siendo el líder en el negocio bancario y las hipotecarias como tales se convirtieron en una suerte de comisionistas de los bancos.

SIN NOVEDAD

En los últimos meses, las Fintech se han puesto de moda con una soberbia chistosa. Sus promotores creen que el crowdfunding es algo así como el agua tibia o que por usar tecnología de punta (como también lo hacen los bancos) podrán desplazar a las instituciones de crédito.

Se trata de una figura que, ciertamente, ha tenido crecimiento en dos vías. Por un lado, captar a cierto sector de la población que cree en las soluciones tecnológicas, sin embargo, ahí han venido perdiendo ya participación, puesto que los bancos están comenzando a ofrecer más y mejores soluciones.

Figuras como el crowdfunding son, por decir lo menos, una repetición de las pirámides. La gente invierte en un proyecto con la esperanza de que sea una idea genial de la que terminarán siendo socios. Fondeadora, la más famosa de las Fintech, ya tuvo que enfrentar el caso de Foodies, en el que el dueño levantó el dinero y se desapareció.

La segunda vía tiene que ver con ser empleados o comisionistas de los bancos, es decir, su negocio es estar captando clientes para llevarlos a las instituciones de crédito y, por lo tanto, siguen dependiendo de la banca.

REGULACIÓN

El principio de regulación que distribuyó la autoridad tuvo la intención de enviar una señal con la que buscan saber dónde están y cuáles son las empresas que operan en este sector, puesto que ante la falta de normas nadie conoce los números de estas empresas ni con quiénes están trabajando, especialmente en la captación de recursos del público.

Otro de los puntos fue ver cómo reaccionarían las empresas que operan. Públicamente dijeron que están de acuerdo con la regulación e incluso no faltó el soberbio que le preguntó a Jaime González Aguadé si la autoridad estaría lista para regular a este sector que, por cierto, sólo tiene algunos principios de regulación en pocos países, destacadamente en el Reino Unido.

En privado, no faltaron aquellos quienes fueron mucho más allá de criticar lo enviado por la autoridad, sino que reconocieron que, simple y llanamente, su negocio funciona mejor sin tener que cumplir con ninguna normatividad.

La regulación no despertó el interés de los legisladores, como era lógico, puesto que no encontraron una rentabilidad en el corto plazo y prefirieron temas fundamentales como el día de la abeja o cualquier otra tontería.

Así, lo más probable es que la próxima vez que se despierte el interés en este cometa financiero, sea cuando se presente un gran fraude o que sean tragados por la banca que sigue invicta desde la Edad Media.

JUÁREZ EN PROBLEMAS

Armando Cabada no sólo tiene que enfrentar el recrudecimiento de la violencia en Ciudad Juárez, municipio que gobierna, sino que, además, denuncias de fraude, como la que presentó el empresario Vicente Aldape, al cual le habrían pedido mochada los empleados municipales en una licitación de alumbrado público.

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