Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

12 May, 2017

Una sociedad anónima que no hace nada para ganar dinero

A lo largo de sus 18 años de vida, el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) ha financiado numerosos proyectos fuera de su misión, pero que respondieron a propósitos políticos.

Además de que muy pocas veces ha aprovechado a cabalidad las oportunidades para multiplicar sus recursos, no obstante que fue constituida como una sociedad anónima de participación estatal mayoritaria.

Allí hay otro tema en el que piensa trabajar Héctor Flores Santana al frente de este organismo.

Una realidad con la que tendrá que operar en esta etapa del CPTM será la falta de recursos, pues la mezcla entre los compromisos contraídos con eventos de gran formato como la Fórmula Uno, el Cirque du Soleil y la NFL, más las limitaciones presupuestales, han derivado en su falta de liquidez.

Hasta ahora, los programas cooperativos, en los que los estados o las empresas aportan una cantidad que empata el CPTM, han sido la fórmula clásica para multiplicar el impacto de sus fondos.

Pero hay otros mecanismos más sofisticados, como los que ha diseñado Brand USA, el organismo responsable de la marca país en Estados Unidos.

Allí se están auspiciando campañas, en donde participan dos o tres empresas privadas, Brand USA y un grupo de medios que si bien consiguen la contratación de anuncios, también tienen que aportar a la misma bolsa espacio y contenidos.

Además, esos esquemas no se limitan a las empresas o medios estadunidenses; por ejemplo, en estos días esa firma organizó un “megafam” al que asistieron varias decenas de profesionales mexicanos del turismo y en donde el socio para la transportación fue Aeroméxico.

Sin omitir que ha contratado en los diferentes destinos a profesionales locales en lugar de exportarlos desde su país de origen, como lo hace el CPTM.

Otro problema real para el consejo ha sido su incapacidad para diseñar programas de promoción diferentes a los de siempre, debido tanto al desconocimiento de los alcances de la normatividad, como al tiempo que les consume a sus colaboradores lidiar con los procesos burocráticos de un organismo público.

DIVISADERO

Largo plazo. Eduardo Barroso, quien es considerado el padre de los Pueblos Mágicos, fue contratado por la Secretaría de Turismo de Guanajuato, que lleva Fernando Olivera, para hacer un estudio de gran visión de aquí al 2040.

Este trabajo se focalizó en los cinco Pueblos Mágicos y los resultados fueron sorprendentes, pues, por ejemplo, resultó que la estadía promedio por visitante no llega ni siquiera a una noche.

Ello significa que muchos de los huéspedes van sólo por motivo de trabajo, pues las parejas o familias no dan ni siquiera para promediar una noche de hotel cada uno.

Los retos inmediatos son que evolucionen los productos para ampliar las estancias de los viajeros y lograr que los turistas no concentren sus visitas en sábado y domingo.

Cambios que requieren trabajo, pues si bien los Pueblos Mágicos ostentan una marca que hoy es cada día más poderosa, también hay limitaciones para que lleguen más viajeros toda la semana.

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