Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

20 May, 2017

No podemos cantar victoria en el TLCAN

El jueves por la tarde había optimismo en Washington D.C. y en México ante la misiva que envió el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, al Congreso de su país. La carta dio inicio a la etapa de 90 días de consulta con el poder legislativo que es un prerrequisito para comenzar la renegociación formal del TLCAN. El optimismo se afincó en que en el escrito el funcionario no mencionó el déficit comercial como una de las metas; tampoco colocó al tratado bajo una luz negativa, lo que marca un cambio respecto de la retórica que ha permeado desde la Casa Blanca.

En la carta se habla de modernizar el TLCAN e incluir aspectos como comercio electrónico, temas laborales, prácticas regulatorias, empresas paraestatales, entre otros. La primera reacción oficial fue del canciller que dio la bienvenida al proceso y dijo que el país está listo para comenzar las pláticas. La postura se dio en el marco de la reunión ministerial en la capital estadunidense en la que también participaron el secretario de Gobernación, el secretario de Estado y de Seguridad Interna de Estados Unidos. Sin embargo, el titular de Economía, Ildefonso Guajardo, se mostró más cauto y dijo, en una entrevista de la que fui parte por invitación de Pascal Beltrán del Río, que la misiva refleja el conocimiento que tiene Lighthizer del Congreso de su país. En el aspecto comercial, el pulso más actual de la negociación lo tiene el secretario de Economía, por ello es que la cautela refleja mucho de lo que está esperando la parte mexicana de acuerdo con los contactos que ya se han tenido. Ildefonso Guajardo nos dijo que habrá momentos complicados y difíciles, por ejemplo, para abordar el déficit comercial que es un tema espinoso y poco ortodoxo. Además, la postura de la delegación estadunidense en la reunión de la APEC da cuenta de que no se ha suavizado su posición, dado que mantuvieron la decisión de bloquear el comunicado conjunto de los países participantes en la reunión en donde se condene el proteccionismo, al igual que lo hicieron en el encuentro del G20. Como anticipo de las negociaciones del TLCAN, el episodio del azúcar habla de una renegociación áspera, dado que hasta ahora no se han logrado acuerdos y el plazo para lograr un entendimiento se va agotando, aunque nos dijo Guajardo que el secretario Wilbur Ross se ha mostrado sensible al tema que heredó de la administración de Obama.

ESQUIZOFRENIA Y SENSATEZ

Más allá de lo áspero de la renegociación, lo más complicado es lidiar con un gobierno esquizofrénico, debido a que hay fuerzas opuestas al interior de la Casa Blanca con poca experiencia y que muchas veces actúan en contra de los objetivos estratégicos de la propia administración. Usualmente el encargado de la Oficina Oval es el fiel de la balanza entre los grupos de interés dentro de la propia Casa Blanca y fuera de ella, sin embargo, en el caso de Donald Trump, lejos de dar estabilidad genera aún más incertidumbre debido a lo errático de su comportamiento, a lo que se suma la falta de experiencia con las burocracias. Sin embargo, dicha volatilidad le permite cambiar de postura de manera más pragmática como ha ocurrido con el presidente chino, Xi Jinping, cuya nación pasó de ser un enemigo a un aliado, todo ello en un fin de semana.

Hasta ahora, la sensatez de las instituciones y el pensamiento estratégico de una parte del gabinete ha logrado dominar en la política exterior cuando no interviene el Presidente. La relación con Rusia ofrece un buen ejemplo. En primera instancia se veía demasiada cercanía entre Vladimir Putin y Trump hasta que el aparato militar logró un bombardeo en contra del dictador sirio, Bashar Al-Assad, aliado de Rusia, posteriormente el secretario de Estado Rex Tillerson estableció un respaldo robusto a la OTAN y con ello calmó la inquietud que comenzaba a experimentar Europa. Sin embargo, bastó el despido del director del FBI, a lo que se sumó la reunión en la Oficina Oval del ministro de exteriores ruso, Serguei Lavrov, para incrementar los cuestionamientos a la relación Trump-Putin. Por si fuera poco, en dicha reunión Trump compartió información clasificada proveniente de los aparatos de inteligencia de Israel, el conjunto de dicho cóctel ha generado nerviosismo con respecto a la viabilidad del gobierno de Trump, lo que se expresó en los mercados esta semana. México deberá a apostar al pensamiento estratégico del general John Kelly, titular del Departamento de Seguridad Interna, del secretario de Estado Tillerson e, incluso, el pragmatismo de Wilbur Ross y Robert Lighthizer, acompañado de los legisladores que no quieren un autoflajelo económico lastimando el TLCAN. Habrá que esperar que la volatilidad de Trump no se haga presente y para ello será clave el derecho de picaporte del canciller. En conclusión, es muy temprano para cantar victoria en cuanto al TLCAN.

 

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