Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

23 May, 2017

Es seguridad, corrupción y empleo, ¡estúpido!, y las manos atadas

Un elemento que contribuye significativamente a la obtención de la victoria en una campaña electoral, es la definición de los temas prioritarios a los que el candidato debe ceñirse.

Hoy es famosa la frase —con una ligera variante de la original— de James Carville, utilizada en la campaña de Bill Clinton contra George Bush padre. Si bien el señor Bush lucía invencible, Carville pensaba diferente; en un cartel escribió tres frases: Cambio vs. más de lo mismo; La economía, estúpido; y No olvidar el sistema de salud. La primera y la tercera, pasaron al olvido; la segunda, contrario a la suerte de las otras dos, hizo historia.

La segunda frase, a pesar de ser conocida y famosa así: It´s the economy, stupid!, ésa no fue la redacción de Carville sino otra un poco diferente: The economy, stupid! (¡La economía, estúpido!).

Ahora bien, al margen de cómo es conocida y cuál fue la redacción original, todo aquél que ha participado en campañas electorales sabe que el objetivo de la frase es claro: Mantener al candidato concentrado en el tema central de su estrategia.

Hoy, como nos hemos podido dar cuenta, los candidatos y sus equipos definieron desde el principio, —en los estados donde se elegirá gobernador—, los temas que consideran centrales los cuales, prácticamente son los del título.

Lo que busco hoy, es dar a usted elementos que le permitirían a usted concluir, lo absurdo que es prometer —y/o comprometerse— por parte de los candidatos de todos los partidos a esto o aquello, sin facultadeds legales para ello. 

En el título están los temas que los candidatos han considerado como centrales para la campaña en el Edomex. Ya definidos, le pregunto a usted: ¿en cuál o en cuáles, podría incidir el gobierno encabezado por el triunfador? Dicho de otra manera, ¿en cuál o en cuáles de esos temas, la legislación vigente concede facultades al gobernador, para enfrentarlos y proponer soluciones?

Si revisáremos la legislación vigente, diríamos que posiblemente en lo que tiene que ver con la seguridad, siempre y cuando se trate de delitos del orden común. Para decirlo claro, en los tiempos que corren, los gobernadores —no se diga los presidentes municipales—, poco es lo que pueden hacer en temas críticos relacionados con la gobernación.

Pocos en verdad pues, son los asuntos donde la autoridad local tiene la obligación y responsabilidad para actuar; es más, con los niveles de violencia y la fuerza que muestran y demuestran día a día los grupos que han hecho del delito su modus vivendi y operandi, los gobiernos locales tienen las manos atadas.

Si dudare usted de lo que afirmo, le pediría pregunte acerca de cuáles son las facultades reales y efectivas que tienen los gobernadores frente a temas que, sin tomar en cuenta lo que marcan las leyes, los candidatos lanzan dichos y promesas sin soporte jurídico alguno, y no se cansan de prometer y/o comprometerse.

¿Qué deja ver esto (de las facultades tan limitadas o inexistentes de los gobiernos subnacionales —estatales y municipales—), frente al poder casi absoluto que la legislación vigente concede al gobierno federal?

Simplemente que eso del federalismo no pasa de ser un pésimo chiste, como el de la división de Poderes; la realidad política nos dice hoy, que estamos ante un centralismo pocas veces visto en nuestra historia donde, el federalismo es mera ilusión, o tema de discursos. 

Si esto fuere cierto, ¿por qué entonces los candidatos no plantean el tema, y se comprometan a presentar iniciativas de ley que de aprobarse, les regresarían funciones y facultades de las cuales fueron despojados?

¿Acaso temen a las represalias, o privilegian su cinismo acomodaticio al preferir que el gobierno Federal haga todo el trabajo y ellos, con las pocas facultades que les dejaron, basta y sobra para enriquecerse?

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