¿Qué es el Global Code?

Tras los escándalos relacionados con la manipulación de la tasa Libor y otros en que se han visto inmersas instituciones financieras globales y fondos, por la combinación de prácticas de conducta inadecuadas entre negociadores de bonos, tasas de interés y cambios, que provocan episodios de disrupción en los mercados financieros globales, en el seno del Financial Stability Board se decidió encomendar al Comité de Mercados del BIS que encabeza Guy Debelle de la Reserva Federal de Australia, trabajar sobre la elaboración de un Código Global, que pudiera ser adoptado por la mayor parte de los países.

Así se estableció en 2015 el Grupo de Trabajo de los Mercados Cambiarios, encabezado por David Puth, el CEO de CLS Group cuya misión fue revisar el Código de Conducta y establecer los estándares y principios bajo los cuales se debe regir la operación de los mercados cambiarios, grupo en el que participaron representantes de 16 jurisdicciones (las principales del G20).

A esto se le llama el Código Global de Mercados Cambiarios, pero que bien puede adoptarse para mercados de deuda o accionarios, pues su objetivo es preservar la integridad de los mismos, y obligar a las instituciones privadas y a sus empleados de todos los niveles, para que cumplan con el código de conducta en las prácticas de compra-venta de divisas y, el uso de plataformas adecuadas para mantener la transparencia de las operaciones, además de la liquidez, la adecuada compensación y liquidación.

Le comento lo anterior porque justo ayer, aprovechando que la AMIB que preside José Méndez Fabre fue sede de la Convención Anual de la Asociación Global de Asociaciones de Intermediarios, el gobernador del Banco de México habló de los Código de Conducta que será revelado hoy en el seno del BIS, y el compromiso que asumió el Banco Central de adoptar inmediatamente el código en su gestión de reservas y, promover la adopción en México del estándar para que los participantes en el mercado cambiario lo adopten (voluntariamente), pero deslizó que “llevará a cabo operaciones sólo con aquellas instituciones que también se hayan adherido al código, después de haber realizado la implementación oficial de 6 a 12 meses posterior a la publicación de dicho código”.

Esto último levantó la ceja de más de un asistentes a la reunión porque un Código de Conducta es una práctica corporativa o gubernamental que debe asegurar integridad y buena conducta, pero que no inhibe la ambición o el desorden, de manera que no puede sustituir a la sanción.

El Global Code es un conjunto de principios de conducta ética, prácticas para compartir información y para la ejecución de las órdenes de compra, venta, cobertura, venta en corto, liquidación y compensación, que ante todo, requieren ser muy claras para el mercado, ya que la mayor parte de los escándalos que se han presentado, incluyendo el  que se ha observado en el mercado de ventas de deuda gubernamental, parte de una ausencia evidente de información de qué se puede hacer y hasta donde se puede llegar, particularmente en momentos de estrés financiero.

De ahí que lo que puede ser más aplaudible, es el establecimiento del Comité del Mercado Cambiario en el que participen representantes privados, con el objeto de ser no sólo escuchados, sino atendidos y entendidos, porque la falta de liquidez o las prácticas “indebidas”, se originan en muchas ocasiones por vacíos regulatorios o vacíos de supervisión. El código nunca funcionará bien si el supervisor se deja meter gol.

DE FONDOS A FONDO

#PonteLaPila… El mismísimo jefe del SAT, Osvaldo Santín, ha estado encima de la reconstrucción de la infraestructura dañada en el Puente de Comercio Global, el Puente III de Nuevo Laredo,  que resultó muy afectado por el paso del Tornado del domingo pasado y, por lo mismo, no se pudo evitar que su cierre involuntario.

Esto ha provocado una larga fila de tráileres y rezago no solo en esa aduana sino en las vecinas, comenzando por la de Nuevo León.

Por ese puente pasa el 40% del mercado de exportación e importación de México y Estados Unidos. De ahí que es clave la coordinación entre la Administración General de Aduanas que encabeza Ricardo Treviño, como la US Customs and Border Protection aue encabeza el Commissioner Kevin K. McAleenany porque en el caso del Puente de Colombia Nuevo León, por la parte de México, ya se habilitó un horario de 24 horas para recibir trámites de importación y exportación y se ampliaron los de Camargo, Piedras Negras y Reynosa, pero de allá para acá se han mantenido los horarios. Pero del otro lado de la frontera, la autorización no se ha dado y, para la industria automotriz, la electrónica, etc., que opera “just in time”, la falta de insumos amenaza con llegar al paro por falta de suministro, hecho que impactará seguramente a una buena parte de los estados del norte y del Bajío.

Eso es lo que tiene inquietos no sólo a los agentes aduanales, sino a los integrantes del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce) de Valentín Díez Morodo, a la Anierm que preside Arturo Pérez Behr de Grupo Logix y al Consejo de empresas Index que preside Federico Serrano.

Se imagina una semana sin la Aduana de Laredo, sería peor que ¿un día sin mariguana en Estados Unidos? Yo creo que éste es uno de esos momentos en que los protocolos establecidos en los sistemas aduanales deben comenzar a hablarse porque la reparación de la infraestructura dañada tomará el resto de la semana.

El martes por la tarde, comenzó a operar el carril de “vacío” en Laredo, que permite el tránsito con cajas vacías (como dos mil camiones y tractos con cajas), pero el de carga, se tiene que desviar a otras aduanas, especialmente la de Colombia que está recibiendo los trámites de importación y exportación que se desvían de Nuevo Laredo a pesar de que  opera en horario limitado aunque el número de transfers ha pasado de dos mil 400 en promedio diario a más de diez mil.