Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

26 May, 2017

Profuturo, a capilla

Si la intermediación financiera de los valores gubernamentales resultó ser una mina de oro para ciertos ejecutivos de bancos, casas de Bolsa y afores, la deuda corporativa y el mercado de renta variable es otra fuente interminable que ha construido, en la última década, fortunas… a costa del dinero de los trabajadores.

Carlos Ramírez, presidente de la Consar, está muy ocupado emitiendo circulares y dando explicaciones del alcance de ellas para beneficiar y castigar a unas y otras, pero no ve o no quiere ver la escandalosa colusión que se da entre sus promotores de inversión y brokers de casas de Bolsa.

La arena donde se desarrollan operaciones previamente pactadas y que dejan millonarias comisiones que se pagan por fuera, es el mercado de renta variable. El caso de Profuturo es de llamar la atención. De entrada, esta afore simula que tiene una cabeza operativa y que le cumple a la Consar. Todo lo contrario.

La realidad es que la empresa de Alberto Baillères está descabezada desde hace casi dos años, tiempo en el que carece de un director de inversiones. Se sigue poniendo como timón a Eduardo Silva, pero este directivo se fue a relevar a Rafael McGregor en la vicepresidencia de Grupo BAL hace más de un año.

El segundo de abordo era Eduardo Reyes, pero por algunas operaciones irregulares que más adelante mencionaremos, salió a finales de 2014 de Profuturo. Su lugar fue tomado por Eligio Esquivel, quien venía de la casa de bolsa Valmex, del mismo grupo. Tenía 30 años como encargado de estrategia de deuda.

A pesar de su experiencia, Esquivel también se fue. No estuvo ni un año. Tuvo muchas diferencias con quien formalmente hoy es el director de la afore, Arturo García. No hay oficialmente un director de inversiones, posición sensible para una intermediaria que maneja recursos por 400 mil millones de pesos.

Esa función recayó de manera informal en Fernando Rodríguez, un joven de 28 años. Y decimos que no formalmente porque el novel financiero no opera con un gobierno corporativo como tal ni con comités que se ciñan a lo que establece la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro.

Ante esa dependencia da la cara Rocío Vázquez, una mujer con mucho más experiencia y que trabajó con Esquivel sin gran conocimiento de inversiones. Pero cierto es que Profuturo opera irregularmente. Los funcionarios de BAL dicen a la afore dónde hay que invertir y hacen resoluciones de comités a modo.

Las áreas de pensiones y de la afore, que tendrían que estar separadas hasta físicamente para evitar conflictos de interés, operan juntas. No hay valuaciones de riesgo ni análisis de mercados que tengan como finalidad invertir eficientemente el dinero del trabajador para lograr los mayores rendimientos.

Lo que sí existe es una colusión del área de inversión con casabolseros para aplicar el dinero del aforado con el fin de comprar posiciones de emisoras donde existe un interés de la intermediaria por sacarla. Eso derivó en que Reyes saliera hace unos tres años: un escándalo por una compra de papel de Maseca.

La posición de renta variable de Profuturo entonces era cercana a los 20 mil millones de pesos y de un plumazo se decidió comprar tres mil millones de la empresa que preside Juan González. Papel no bursátil, que no crecía y que no arrojaba ningún beneficio al trabajador aforado. Fue sólo el favor a la intermediaria.

Obviamente, el negocio se lo llevaron el que vendió y el que compró y la comisión se pagó por fuera. Columbus de México, que capitanea Francisco Javier Gutiérrez, se acercó a Profuturo para vender la posición de Maseca y el que la sacó fue Actinver, la de Héctor Madero.

También, hace alrededor de cuatro años, hubo otra operación muy similar de Profuturo con Vesta, el desarrollador de espacios industriales de Lorenzo Berho, por también unos tres mil millones de pesos. Y otra con Fibra UNO, de Moisés El-Mann, por una cifra similar que intermedió BBVA-Bancomer, de Luis Robles.

Se cree que cerca del 50% del portafolio de renta variable de Profuturo está “secuestrado” en ese tipo de operaciones, que claro que implica una pérdida patrimonial para los recursos de los trabajadores, que no ganan ni en rendimientos ni en emisoras atractivas.

ARRIBA CHIAPAS II

En 2016, Servicios Industriales Institucionales, la firma que se perfila para quedarse con algunos contratos de la licitación de los servicios de seguridad del IMSS, recibió de ese organismo, a cargo de Mikel Arriola, unos 218 millones de pesos. Tan sólo en 2015 ganó convenios por más de 210 millones por concepto de servicios de policía auxiliar. Su apoderado es Abelardo Pérez Vázquez. Posee negocios con CFE, que dirige Jaime Hernández; ISSSTE, que lleva José Reyes Baeza; ASA, al mando de Alfonso Sarabia; SAT, que preside Osvaldo Santín; Conagua, que conduce Roberto Ramírez; SCT, que encabeza Gerardo Ruiz Esparza, y Sedesol, que maneja Luis Miranda.

ARTHA-ABENGOA

Fíjese que Artha Capital, el fondo que manejan al alimón Carlos Gutiérrez y Germán Ahumada, se está asociando con Abengoa para inyectar recursos al acueducto Zapotillo. Se trata de uno de los proyectos más importantes de la firma hispana, dirigida aquí por Fernando Martínez Salcedo, hoy en concurso mercantil involuntario. Abengoa mantendrá el 20% de las acciones de este complejo.

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