David Páramo

Análisis superior

David Páramo

29 May, 2017

Éxito en la radio

Es evidente que existe una campaña de linchamiento en contra del Instituto Federal de Telecomunicaciones, que toma como pretexto el resultado de la licitación de estaciones de radio y es organizada, ya sea por aquellos a quienes les faltó capacidad para el cargo o los que están molestos por la agenda regulatoria.

Sin embargo, cuestionar al organismo que encabeza Gabriel Contreras por el incumplimiento de Tecnoradio y otras empresas, hasta llegar al 25% de la licitación, resulta francamente absurdo.

Primero. El árbitro no puede ser culpado por las faltas que cometan los participantes. Sí tiene obligación de sancionarlo. No sólo como ya lo hizo a través de los depósitos de seriedad sino con las investigaciones que está realizando, las cuales, en el extremo, podrían llegar a sanciones de tipo penal.

Si Tecnoradio perdió apoyos financieros ante los continuos escándalos o fue un intento muy burdo de engañar a la autoridad, es problema de ellos. Así como la posición exótica, por decir lo menos, de Francisco Aguirre, de sí pagar unas de las estaciones que ganó y otras no, pero cuestionar el proceso.

Cuando este mismo empresario no pagó los tres mil 400 millones de pesos que había comprometido por la cuarta cadena de televisión abierta, nadie dijo, con razón, que el proceso había fracasado. De hecho, el tiempo se ha encargado de dar la razón al IFT.

El nuevo entrante en el sector, Grupo Imagen, se ha convertido en un competidor maverick en el sentido de que ha generado movimientos en el mercado de la televisión. De hecho, se ha transformado mucho más que en un competidor, sino, en muchos sentidos, referente en la televisión mexicana.

Segundo. Contra los datos no puede discutirse. El proceso que dirigió con excelencia Alejandro Navarrete, titular de la Unidad de Espectro Radioeléctrico del IFT, cumplió con creces la obligación constitucional.

Por primera vez en 20 años se entregaron nuevas concesiones de radio. Jamás en la historia había sido bajo un proceso abierto y transparente. Antes dependía de qué tan bien se llevara el concesionario con el gobernante en turno.

Aumentó, hasta el momento, en más de 122 estaciones de radio la competencia en el país, lo que beneficia directamente a las personas. Amplía la capacidad no únicamente de competencia en el terreno comercial o de contenidos, sino que abre espacio para una mayor y mejor democracia: muchas más voces y versiones de la realidad, otra vez, en favor de las personas.

Es importarte destacar que de las poco más de 50 estaciones que no fueron pagadas, hay oferta por otras 26, por lo que es razonable considerar que habrá una mayor competencia dentro de este sector.

Tercero. Si, hasta el momento, se ha recibido 15 veces el monto de referencia establecido por el gobierno federal, tampoco puede decirse que falló el IFT en cuanto a maximizar los recursos en favor del Estado.

Ciertamente, el IFT cometió un error al emitir un comunicado de prensa según el cual daban por hecho el monto total ofrecido, cuando aún no se había entregado a la Tesorería de la Federación el monto total de los recursos.

MERCADO

Cuarto. Se demostró, nuevamente, que el mercado tiene más inteligencia o, por lo menos, mejor información que la autoridad y, por supuesto, que aquellos dentro del gremio, quienes, durante mucho tiempo, se opusieron a la licitación de estaciones de radio.

¿Recuerda sus posiciones? Decían que fracasaría, puesto que no había interés por parte de empresarios de la radio o que se depredaría el sector. Aseguraban que sería un fracaso, ya que el mercado se depredaría y quién sabe cuántas fábulas más que ya, desde este momento, han quedado total y absolutamente rebasadas. Ante las apuestas económicas ya pagadas, estas especulaciones se han desplomado.

En este sentido, vale la pena recordar que algunos de los que, de cierta forma, se han visto implicados indirectamente en el escándalo de Tecnoradio, también están vinculados a los que se oponían a la licitación. Sí, esos mismos que deseaban mantener el sistema anterior, en el cual el gobierno en turno entregaba las estaciones de acuerdo con criterios nada transparentes.

FUTURO

Falta poco para llegar al final de este proceso licitatorio, puesto que segundos y terceros lugares que manifestaron interés en hacerlo, pagarán por más estaciones y comenzará una nueva fase dentro de la competencia en la radio mexicana: más estaciones, especialmente en las playas, generarán un nuevo mercado y mayor dinamismo al sector.

Decir que, de algún modo, fracasó este proceso es, simple y sencillamente, mentir: quien lo diga deberá dejar claro si lo hace por desconocimiento o por una agenda más o menos encubierta.

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