Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

29 May, 2017

El peor momento para desaparecer Brand USA

La decisión de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, de eliminar Brand USA, recuerda a aquél conductor de televisión que nunca tomaba vacaciones.

Cuando le preguntaron las razones dijo que podía ocurrir algo malo y algo peor.

Lo malo era que se cayera la audiencia, lo peor que no pasara nada, pues resultaría que su programa era prescindible.

Roger Dow, presidente de la US Travel Association, hizo un posicionamiento realmente duro al respecto.

“Con todo lo que está pasando en el mundo, desarmar unilateralmente la mercadotecnia de Estados Unidos como un destino de viaje, podría derrotar la participación de mercado en el peor momento posible. Genera perplejidad que esto esté sobre la mesa, cuando el secretario de Comercio Ross había apoyado previamente a Brand USA.

“La creación de Brand USA fue un esfuerzo bipartidista, lidereado por las dos cámara, que aprobaron el proyecto por mayoría. La agencia añadió ocho mil 900 millones de dólares a la economía el año pasado, según Oxford Economics, lo que le da un retorno de 28 dólares por cada dólar invertido.

“La agencia no fue creada con dinero de los contribuyentes y redujo su déficit a 50 millones de dólares anuales (...).

“Estados Unidos es el segundo país más visitado del mundo y el turismo genera 15 millones de empleos, por eso estamos luchando por entender las razones por la que cortar Brand USA es una prioridad de la administración actual”.

Un razonamiento a fondo, pero el hecho también es que Brand USA está impedido por ley para defender su permanencia, pues su tarea se concentra en hacer mercadotecnia turística.

Una pregunta importante es si existen los alicientes necesarios, como para que la industria turística de Estados Unidos inicie una cruzada para defender esta organización. La apuesta de Trump es que en el país que defiende a ultranza el libre mercado, no hacen falta este tipo de organizaciones estatistas.

Seguramente el mayor peligro, si los empresarios no dan a fondo esta batalla, es que paulatinamente se vayan perdiendo los avances que se lograron después de la crisis que provocó el 11 de septiembre de 2001.

Entre ellos los cambios migratorios, para facilitar la entrada de los viajeros guardando elevados estándares de seguridad.

También que realmente se implementen medidas antimigratorias, algo que hasta ahora no ha caminado aunque el gobierno de Trump no ha quitado el dedo del renglón.

Además de que al concretarse una baja en la llegada de viajeros internacionales a Estados Unidos, incluso, debido a un problema de percepción, ya no se cuente con este organismo que está apoyando la promoción de los destinos estadunidenses.

Ya hay algunos destinos y empresas que están reaccionando al nuevo entorno, pero lo más importante debe estar por venir.

Si el sector turismo estadunidense no logra parar esta decisión, podría ser el principio de una serie de medidas que le quitarán competitividad turística a ese país.

Lo dicho, una buena noticia para sus competidores que sí cuentan con más herramientas para seguir atrayendo viajeros.

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