Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

30 May, 2017

Efectivamente, fuera de la CDMX, todo es Cuautitlán. ¡Qué bueno!

Para los que lean esta colaboración y tengan menos de 30 años, debo decirles que esa expresión de Fuera de México todo es Cuautitlán, era una muy socorrida en el viejo y hoy extinto Distrito Federal, todavía allá por los años setenta del siglo pasado.

La idea que subyacía a esa expresión, no era otra que denostar al resto del país utilizando peyorativamente a Cuautitlán, municipio conurbado al DF y hoy a la CDMX. Hoy, tomo dicha expresión en el sentido opuesto para dejarla así: ¡Qué bueno que fuera de la CDMX, todo el país es Cuautitlán! Procuraré explicarme; espero lograrlo.

Una de las características que sorprende a quienes deben trasladarse a la CDMX —con miras a finalizar o empezar un trámite en alguna dependencia burocrática, o averiguar las causas del retraso de éste o aquel asunto—, es el conjunto de temas acerca de los cuales comentan, o discuten y polemizan los habitantes de la CDMX.

Sin duda, uno de esos temas, ¿el número uno?, es el futbol. Éste, desata pasiones; los aficionados de uno u otro equipo o club argumentan, con cifras y porcentajes, la defensa del suyo, al tiempo que ridiculizan al del otro.

Fuera de ese tema, los que le seguirían son de índole política los cuales, directa o indirectamente, estarían relacionados con dicha actividad. En ciertas épocas, los nombres de los posibles nominados a una candidatura desatan discusiones interminables donde, cualquier otro tema es dejado de lado.

De la misma manera, los argumentos —pretendidamente soportados en datos e información confidencial obtenidos de un amigo, familiar o compadre bien informado—, son esgrimidos por unos y otros y lanzados a la mesa con una pasión tal, que repito, a los fuereños que vienen a la CDMX a tratar un asunto de una u otra índole, les sorprende no muy gratamente dicha conducta.

Al ver y enfrentar esa realidad, surrealista para algunos, estos preguntan, ¿cómo es posible que en las condiciones actuales, con tantos problemas que enfrentan los mexicanos fuera de la CDMX, prácticamente aquí a nadie interesen? Eso me lleva a una pregunta similar, planteada de manera diferente: ¿Dónde se habla de la realidad del país y sus problemas? ¿En dónde —en México—, la gente tiene como temas centrales de sus pláticas la realidad que la rodea, fuere ésta económica o de otra índole? La respuesta que le daría. A bote pronto, es ésta: ¡Fuera de la CDMX!

Esto último me lleva entonces, a la versión de la vieja frase: Fuera de la CDMX todo es Cuautitlán, ¿y qué bueno! ¿Por qué le doy ese giro? Porque, aquí en la CDMX, los problemas que interesan y ocupan a sus habitantes, se encuentran a años luz de los que enfrentan los mexicanos de manera cotidiana.

La CDMX, si me permite la expresión, se ha convertido en un espacio donde su realidad, es casi una realidad virtual. Lo que aquí interesa a sus habitantes no es, en la aplastante mayoría de los casos, lo que interesa al resto de los mexicanos. De ahí surge, en no pocas ocasiones, el rechazo a los que aquí habitan; de ellos, dicen en no pocas regiones del país, a ellos, no les interesa lo que suceda en el resto del país.

¿Qué tan cierta y objetiva sería esa afirmación o esa crítica, si prefiriere ponerlo de esta manera? ¿En verdad a los habitantes de la CDMX, no les interesa lo que suceda fuera de aquí? ¿Acaso se han construido su propia realidad la cual, por decir lo menos, no toma en cuenta lo que pasa saliendo de aquí, llegando a Cuautitlán?

Luego entonces, de tener interés en conocer la realidad que enfrentan México y los mexicanos, ¿habría que salir de la CDMX, y preguntar a los que ahí viven, lejos o cerca pero fuera de aquí? Sin que fuere un juicio absoluto, me atrevería a responder que sí.

Por ello repito: fuera de la CDMX, todo es Cuautitlán. ¡Qué bueno!

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