Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

1 Jun, 2017

La economía y los que triunfarán el domingo. ¿Qué esperar de ellos?

En cuatro días, el próximo lunes por la mañana, posiblemente ya sepamos los nombres de los nuevos tres gobernadores de Coahuila, Edomex y Nayarit: esto, por supuesto, en caso de no haber impugnaciones por parte de los partidos.

En caso de la judicialización de una o más de dichas elecciones, la decisión de quién gobernaría sufriría un retraso entendible; sin embargo, al final del proceso impugnador, se cumpliría lo dicho arriba: conocer los nombres de los nuevos gobernadores.

Una vez terminado el proceso —cuyo objetivo central es elegir de manera legal y pacífica al nuevo gobernante—, vendría la parte más interesante: prepararse para ejercer la gobernación. ¿Qué esperar entonces, de los tres nuevos gobernadores, una vez instalados en su nueva posición para la cual fueron elegidos, de gobernadores Constitucionales?

Si viéremos con detenimiento las especificidades de las tres entidades que gobernarán, encontraríamos problemas que, por encima de aquéllas, son prácticamente los mismos o cuando menos, similares. Por ejemplo, los sistemas de pensiones, la mala calidad de la educación y la pésima infraestructura escolar, la bajísima captación del impuesto predial, los pésimos servicios públicos que ofrecen los gobiernos municipales y por encima de todos ellos, el lamentable servicio de la seguridad pública, entre otros.

Para nadie es un secreto, no de hoy sino desde hace decenios, que buena parte de la solución de casi esos problemas y de muchos otros —en cada uno de los tres estados arriba mencionados— pasa, ineludiblemente, por la obligada elevación de lo que captan el gobierno estatal y los gobiernos municipales de los contribuyentes.

¿Cuál sería, piensa usted, la actitud que adoptarían los habitantes de dichas entidades, si los nuevos gobernadores les hablaren con la verdad y dieren un panorama objetivo y crudo de la realidad que enfrentan las finanzas públicas, tanto estatales como municipales?

¿Asombro, incredulidad? ¿Acaso responderán con las conocidas expresiones de los que se fueron son unos rateros, a los que hay que meter a la cárcel? ¿O posiblemente adopten la cómoda y cínica posición de, si quieren recursos, recupérenlos de los que se los robaron?

Fuere la que fuere la posición adoptada, siempre habría, al final del día, un hecho claro: No hay recursos para enfrentar y empezar a resolver tantos problemas de índole diversa los cuales, no únicamente han degradado la baja la calidad de vida, sino que han generado una pésima imagen de las tres entidades como espacios económicos de alta calidad para la inversión.

En caso de que los nuevos gobiernos promovieren en los congresos locales la elevación, por ejemplo, del Impuesto Predial y la creación de algún impuesto nuevo, así como aumentar tasas y montos en otros y en los derechos y aprovechamientos incluidos en la legislación local, ¿cuál sería la posición de los legisladores locales y los cabildos y presidentes municipales?

¿Y qué dirían, tanto los partidos que llevaron al triunfo al nuevo gobernante como sus legisladores locales y federales, y los dirigentes y militantes de sus respectivos partidos y los de los que fueron en alianza con el partido triunfador?

¿Cuál piensa usted sería la posición que todos ellos, junto con los contribuyentes, adoptarían al respecto? ¿Aprobarían de buena gana los cambios propuestos? ¿Mostrarían plena disposición a aprobar y pagar los nuevos montos?

En caso de obtener la negativa de todos, ¿cómo exigir entonces mejores servicios, mejores escuelas, viabilidad en los sistemas de pensiones y policías bien equipadas y mejor pagadas, sin los recursos indispensables para el logro de tales necesidades?

¿Y si ante la negativa de todos ellos, el nuevo gobernador les dijere, ay les dejo el gallo muerto, acábenlo de pelar? Es más, ¿qué les diría usted?

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