México, en la hora de la incertidumbre

El gobierno echó las campanas al vuelo por el crecimiento de la economía en los primeros tres meses del año y por primera vez en el sexenio, Banco de México y Hacienda revisaron sus previsiones al alza.

Y es verdad que para México un crecimiento de 2.8% es un signo positivo; sin embargo, hay que reconocer que continúa el raquitismo económico y que, probablemente, en muy poco tiempo incluso esa cifra pueda desaparecer.

En efecto, una promesa olvidada de Enrique Peña Nieto fue el crecimiento de 5% al término de su sexenio y lo que tendremos es la repetición de los últimos 40 años, una economía que se arrastra a un promedio de 2% anual.

Como si fuera poco, el futuro de la economía a corto plazo está seriamente amenazado por un cúmulo de incertidumbres que llenan de temor a los mercados.

Primero. Cada día que pasa se observa que Donald Trump en más peligroso de lo que se pensaba. De un plumazo sacó a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico y no le tembló la mano para abandonar el Acuerdo de París y dejar tirado al mundo entero.

Nada garantiza, entonces, que no deje tirados a sus socios comerciales y abandone el Tratado de Libre Comercio o haga tan tortuosas las negociaciones del TLC, que afecte seriamente el potencial exportador de México.

Y eso ya lo han percibido los inversionistas y por eso la inversión interna ya está en cifras negativas, decreciendo 2.5% en promedio anual y por eso la inversión extranjera directa ha sido en este año la menor de los últimos cinco.

Segundo. Lo que pase en las elecciones del 2018 preocupa seriamente a los inversionistas. Temen que Andrés Manuel López Obrador gane la Presidencia de la República y le cambie el rumbo a México, para alejarse de los principios de una economía competitiva y acercarse al desastre que es Venezuela.

Los contactos entre Morena y Nicolás Maduro existen; la admiración ha sido confirmada por los altos mandos de Morena y un triunfo de López Obrador causaría caídas drásticas en los mercados porque los inversionistas le tienen miedo a sus políticas y a su populismo.

Tercero. Banco de México tendrá que apretar aún más su política  monetaria y seguir subiendo la tasa de interés en la medida que la inflación no ceda.

Aunque cuando se movieron los precios de los energéticos la previsión fue que ese golpe se absorbería rápido y la inflación empezaría a contenerse, la verdad es que han pasado los meses y el promedio de precios sigue para arriba y es ya el más elevado de los últimos ocho años. Esto, sin duda obligará a Banxico a seguir subiendo su tasa de interés y con ello golpear las posibilidades de crecimiento.

Es decir, lo que tenemos es un crecimiento raquítico e insuficiente, amenazado desde el exterior por las dudas en el futuro del Tratado de Libre Comercio y desde lo interno, por las posibilidades de triunfo de López Obrador y por la necesidad de Banco de México de subir la tasas de interés para contener la inflación.

Hasta el próximo lunes y mientras, no deje de seguirme en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado.