David Páramo

Análisis superior

David Páramo

6 Jun, 2017

Votaron los mercados

A juzgar por lo que se registró durante la jornada bursátil de ayer y que el peso tuvo su mejor día en más de nueve meses, queda claro que, si bien los mercados no votaron, sí aplaudieron con gran fuerza el resultado de la elección del domingo pasado.

Durante la jornada electoral, en el mercado internacional el peso comenzó a perder terreno entre el cierre de las casillas hasta las nueve de la noche, cuando tocó un máximo de 18.88 pesos por dólar.

En cuanto el Instituto Electoral del Estado de México informó que, de acuerdo con su conteo rápido, habría ganado el candidato del PRI (tendencia que se confirmó ayer con el recuento de las actas) inició una muy rápida apreciación del peso que le llevó a tocar mínimos de 18.33 pesos por dólar.

Durante la jornada electoral de ayer en el mercado mexicano, el peso tuvo una apreciación de 1.84%, equivalente a 34.35 centavos, para cerrar en 18.36 pesos por dólar, el mejor nivel desde el 6 de septiembre. En términos del movimiento diario, es el mayor avance desde el 15 de marzo.

El movimiento es particularmente interesante en el contexto. El rompimiento de relaciones de la mayoría de los países árabes con Qatar, al que acusan de participar en actos terroristas por parte de Daesh, que causó una baja generalizada en los precios del petróleo y un movimiento atípico del peso frente al dólar.

Desde el día en que Donald Trump asumió como presidente de Estados Unidos el peso ha tenido una continua recuperación, al pasar desde 21.9 pesos por dólar hasta el cierre de ayer, una ganancia superior al 10 por ciento.

¿QUÉ LES GUSTÓ?

Es muy fácil sacar conclusiones anticipadas con base en filias y fobias personales; sin embargo, un análisis superior implica hacer una serie de consideraciones sobre lo que realmente le importa a los mercados.

Primero. Que el proceso se dio en paz y dentro de los cauces institucionales, es decir, que las decisiones que se tomaron en donde hubo elecciones fueron dentro de la ley. Los ciudadanos pudieron elegir libremente quién los gobernaría.

Segundo. A pesar de lo competida y cerrada que fue la elección en el Estado de México, la reacción de los perdedores ha sido mesurada y dentro de vías oficiales. Los dichos son bastante comunes y no preocupan a nadie.

MENSAJE ULTERIOR

Morena apostó gran parte de su futuro en esta elección, convencidos de que, si ganaban, mejorarían sus posibilidades de ganar la elección presidencial del año próximo; sin embargo, cometieron graves errores que, también, fueron percibidos por los mercados.

Primero. Los cinco intentos públicos que hizo Morena para buscar una alianza con el PRD se hicieron desde una posición soberbia y autoritaria que, de entrada, hacía imposible que el candidato de ese partido estuviera en condiciones de aceptar. Juan Zepeda resultó, sin lugar a ninguna duda, el candidato más interesante del proceso electoral.

Segundo. Una buena parte del discurso de Morena se concentró en asegurar que si ganaban la elección impedirían la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el cual es una obra fundamental no únicamente para el desarrollo del Estado de México sino para todo el país.

Oponerse al NAICM iba mucho más allá de tirar a la basura más de 25 mil millones de dólares que, hasta el momento, se han invertido, sino que, además, se retrasaría el crecimiento del país. Es evidente que el actual aeropuerto es un obstáculo para el desarrollo del país.

Mandó un mensaje particularmente claro en el sentido de que, en caso de ganar las elecciones, se opondrían a las reformas estructurales que, sin lugar a ninguna duda, son el único camino para que el país mejore sus condiciones de vida.

¿DETERMINACIÓN?

Es total y absolutamente equivocado considerar que la elección del Estado de México determina qué pasará en la elección federal. Si esto fuera cierto, en 1999 y 2005 ese estado habría sido gobernado por el PAN.

Sin embargo, sí envía un mensaje muy poderoso para los candidatos: a los mercados les preocupa la posibilidad de romper con más de 20 años de continuidad en las políticas económicas correctas en México para iniciar una aventura que, en el extremo, podría llevar al país a la fallida aventura del socialismo del siglo XXI, que ha fracasado en Argentina, Brasil y, en particular, en Venezuela, una nación que quebrará antes de que termine esta década.

Estar cerca del chavismo, simple y sencillamente, es visto con pánico por los mercados financieros.

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