David Páramo

Análisis superior

David Páramo

8 Jun, 2017

Crece la incompetencia

Según parece, a Pirro y a sus muchachos les duró más el gusto de haber ganado una batalla, a un costo tan elevado que perdieron la guerra, que a Alejandra Palacios y a sus muchachos sus históricas sanciones a cuatro afores y 11 personas físicas por dificultar los traspasos.

Por principio de cuentas, las sanciones están siendo impugnadas en tribunales, toda vez que, simple y llanamente, fueron excesivas, no están apegadas a derecho. Aun cuando no puede saberse el resultado de los juicios, si el sistema jurídico funciona como es debido, la ley protegerá y amparará a los quejosos.

Sin embargo, es mucho más grave que, a pesar de todo este drama, no mejoraron las condiciones de competencia en favor de los usuarios de las afores. De hecho, están en vías de empeorar de una manera verdaderamente grave.

Como le he informado oportunamente, las medidas tomadas en 2015 por la Comisión Nacional del SAR, presidida por Carlos Ramírez, dificultan que el trabajador pueda cambiar libremente de afore, lo que construye una suerte de dique a la competencia dentro del sector en favor de aquellos quienes tienen las posiciones dominantes en el sector.

Es un hecho que la gran dificultad para cambiar de afore, supuestamente por cuidar a los trabajadores de que no tomen la decisión que les dé la gana con su dinero, va en contra de la competencia y de la libertad económica.

EMPEORA

El primero de junio, la Comisión Federal de Mejora Regulatoria publicó el proyecto de Circular Única Operativa para las afores por parte de la Consar.

Se trata, por decir lo menos, de una nueva barbaridad por parte de Ramírez y su equipo. Mantiene y reafirma las barreras en contra del libre traspaso de trabajadores entre afores. Si un trabajador no puede tomar una decisión libre con su dinero se fortalece la posición de los preponderantes en el mercado y se limita la competencia en contra del mejor interés de los trabajadores.

Sin embargo, parecería que en la Consar están enamorados de su poder de todo concentrarlo en comisiones y rendimiento, fustigan públicamente a quienes no les gustan sus decisiones de negocios o, en un caso verdaderamente grave, están a favor de las afores dominantes, ya sea por una falla regulatoria o por alguna acción inconfesable.

Las supuestas razones por las cuales se impide a los trabajadores que tomen decisiones libres con sus recursos eran los traspasos indebidos. De acuerdo con un boletín emitido por la propia Consar, esta práctica casi ha desaparecido.

El seguir impidiendo la competencia en el sector lleva a una disyuntiva: se protege a las afores de mayor tamaño o la Consar duda de sus capacidades regulatorias. En ambos casos sale dañada la competencia y, por lo tanto, los trabajadores.

ESPERANZA

Si la Cofece no estuviera mal encabezada por Palacios, emitirían una opinión en contra del proyecto de CUO de Consar. No obstante, en lugar de promover la competencia económica están embelesados con el canto de las sirenas y el autoelogio en una caja grupal, por lo que están concentrados en perseguir molinos de viento, en darles lecciones a los supervisores del sistema financiero mexicano (entre los mejores del mundo) y hacer cualquier cosa que les genere aplauso fácil de un sector de opinadores quienes, como la Cofece, no están inclinados en el interés superior del hombre común, como lo definiría Ernest Hemingway.

Así, la última esperanza es que la Cofemer, encabezada por Mario Emilio Gutiérrez Caballero, haga un buen trabajo que evite las prácticas anticompetitivas en contra del mejor interés de los trabajadores, a través de una efectiva competencia y que evite que el proyecto de CUO.

RECORDATORIO

Las reformas estructurales emprendidas durante la presente administración ponen al centro de cualquier regulación a las personas, no a empresas, sectores o a las incapacidades regulatorias de la autoridad.

La Cofece ha fracasado en el cumplimiento de esta obligación: mucho ruido, fuegos de artificio y pocos o nulos beneficios para los consumidores. Lo único que ha crecido es el ego de los funcionarios de esta comisión que, abiertamente, desprecian a otras instituciones.

La Consar se encuentra, evidentemente, en una zona de confort. Para detener una práctica indebida, como eran los traspasos no solicitados por los trabajadores, tomó la decisión totalmente equivocada de establecer barreras a la libre competencia dentro del sector de las afores, en detrimento del mejor interés de los trabajadores.

La poca disposición de Ramírez y su equipo por corregir en favor de la competencia, por momentos parece muy sospechosa, puesto que beneficia a las afores que tienen el mayor tamaño, en contra de la posibilidad de competir.

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