Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

10 Jun, 2017

Responsabilidad más que liderazgo

Los países y las empresas son como un barco y casi siempre los capitanes llegan cuando hay una tormenta. Cada presidente o capitán se imagina que le tocaron las peores aguas y considera que la fuerza de su liderazgo podrá calmar las tormentas. Hay que imaginar lo que significa hacerse cargo del liderazgo de un país cuyo presidente virtual fue asesinado y más tarde el presidente del partido oficial, con un sistema financiero totalmente roto y, además, con levantamientos armados en un momento en que se abría el telón por la entrada en vigor del TLCAN, en ese contexto asumió la Presidencia de Ernesto Zedillo. Tuve la oportunidad de moderar el evento Latam CFO Vision Conference, organizado por Deloitte, y en ese contexto le pregunté al expresidente Zedillo cómo se lleva un barco en esas condiciones, me contestó que abordando lo inmediato con muchos planes de corto plazo que permitan llegar y cumplir con la visión planteada. En la conversación que tuvimos, el expresidente recalcó que es errada la obsesión con el liderazgo y es necesario asumir realmente la responsabilidad que se tiene enfrente y, luego, si se resuelven bien las tareas, quizá se genera liderazgo. El barco, México, que zarpó al borde del naufragio el 1 de diciembre del 95, llegó a buen puerto el 31 de noviembre del 2000, con la alternancia democrática, la separación efectiva de poderes, entre ellos una Suprema Corte fuerte, un banco central con autonomía, solidez de mástiles macroeconómicos y una tripulación mucho más contenta por un buen ritmo de crecimiento, nada mal. Buena parte de esa estructura ha permitido que el país navegue por aguas muy complejas sin estar al borde del naufragio. Lo importante fue la construcción de instituciones que han trascendido al personaje y por eso el diagnóstico del expresidente para México y América Latina es resolver la falta de Estado de derecho. En lo particular, soy relativamente optimista al respecto de esta visión, dado que el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) va avanzando, más lento de lo que debería, pero avanzando. Ayer entrevisté en Imagen a Ricardo Salgado Perrilliat, quien a finales del mes pasado fue designado al frente de la Secretaría Ejecutiva del SNA, y me dijo que ya tiene presupuesto, bien ahí.

En el evento de Deloitte también estuvo Sebastián Edwards que fue el economista en jefe del Banco Mundial en la crisis del 94 y cuenta que en esas fechas llegó a la capital del país con mil millones de dólares para ayudar a México y Guillermo Ortiz Martínez emborronaba sus apuntes del sudor que le escurría ante la presión que enfrentaba, pero más allá de las anécdotas, uno de los mensajes del expresidente y de su amigo el economista Edwards fue: “cuidado con el populismo, nunca dio buenos resultados”. No se refieren únicamente a la cepa latinoamericana, también a la que habita la Casa Blanca. Otro mensaje de Edwards fue que América Latina tiene que innovar porque la automatización a través de las nuevas tecnologías ha llegado y lo va a transformar todo.

En ese contexto de responsabilidad que se convierte en liderazgo, un gran ejemplo y antídoto lo ofrece la canciller alemana, Angela Merkel, quien ha decidido un camino asertivo frente a la intransigencia miope de Donald Trump en cuanto a la OTAN y al Acuerdo de París y en ese contexto aterrizó ayer en México. Hoy estará con el presidente
Enrique Peña Nieto y posteriormente en el evento Industria 4.0 y la Formación Dual 4.0, dos temas clave para México.

Educación dual, modelo que tiene mucho que aportar a nuestro país e Industria 4.0 que permitirá revolucionar nuestro motor de crecimiento que es la manufactura. Un tercer tema, no menos importante, reforzar el TLC con la Unión Europea. México y Alemania en momentos coincidentes. Bien por CAMEXA, la embajada alemana, ProMéxico y el COMCE. Frente al populismo, la responsabilidad, creatividad y alianzas.

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