Edgar Amador

Edgar Amador

12 Jun, 2017

Cuidado: ¡curvas peligrosas!

A los economistas nos fascinan las curvas: las curvas de la gringa, de las europeas, de la china, de la mexicana.

El problema es que en fechas recientes esas curvas están muy planas.

Nos referimos, por supuesto, a las curvas del mercado de bonos de cada una de esas economías, las cuales suelen ser, misteriosamente, impecables predictores de la dirección del ciclo económico.

Hay una curva, la china, que podría estar enviando una señal preocupante respecto de lo que podría ocurrir en los próximos 12 meses. Veamos.

La curva de rendimiento se refiere al dibujo que se forma al graficar el plazo de los distintos bonos gubernamentales contra el rendimiento que ofrecen al inversionista.

En condiciones normales, la curva tiene una inclinación positiva: entre mayor sea el plazo del bono, mayor debe ser el rendimiento que ofrezcan.

Es lo normal, entre mayor es el plazo mayor es el riesgo que la inflación destruya nuestros ahorros a lo largo de los años, y, por ello, demandamos mayor rendimiento.

Por eso, cuando una curva se invierte, los economistas se preocupan. Eso quiere decir que los inversionistas están dispuestos a aceptar un rendimiento menor a mayor plazo.

Eso solamente ocurre si pensamos que las tasas hoy están muy altas y que en el futuro van a bajar debido a que los bancos centrales recortarán sus tasas de interés en los próximos meses.

Y los bancos centrales suelen recortar sus tasas cuando las economías se acercan o están en recesión.

De forma misteriosa, las curvas de rendimiento se invierten con anticipación a una recesión. La exactitud de dicho indicador es asombrosa.

En Estados Unidos siempre que la curva de rendimiento se ha invertido, una recesión económica ha sobrevenido unos meses después.

Y al revés. Siempre que ha habido una recesión económica, dicho ciclo fue precedido por una inversión de la curva.

La razón detrás de ese poder predictivo de la curva de rendimiento es desconocida, pero es estadísticamente irrefutable, por eso los economistas y los mercados viven siempre alerta para ver señales que precedan una inflexión en el ciclo económico.

Y en las últimas semanas una señal que debemos de vigilar para ver si es un síntoma, o es algo pasajero, ha brotado en los mercados: un tramo de la curva china de plazos se ha invertido.

El rendimiento de los bonos chinos a siete años es de 3.695%, mientras que el bono a diez años es de 3.65%. Otro tramo se invierte también: el bono a tres años rinde 3.609%, mientras el bono de cinco años rinde 3.599 por ciento.

Dos tramos de la curva de plazos china están invertidas. ¿Es esto una señal que una recesión se aproxima en el país de en medio?

Es difícil saberlo en este momento, sobre todo por el indicador fundamental de la curva: la diferencia entre el rendimiento de dos años y el de diez sigue siendo positivo.

Pero la inversión en algunos tramos de la curva china se ha acompañado de otros eventos peculiares.

Si una curva tiene pendiente positiva, para invertirse primero es necesario que se aplane.

Y eso es lo que le ha venido ocurriendo a algunas curvas recientemente: por ejemplo a la de Estados Unidos y a la de México.

Si comparamos la pendiente de las curvas de estos dos países hoy con la pendiente de hace seis meses, ambas curvas se han aplanado, y una curva plana puede  o no ser un síntoma de una posible recesión.

En México, de hecho, la curva está invertida entre el plazo de un año y los diez.

En todo caso, los datos más recientes de los vecinos, las cifras de empleo de mayo, los cuales fueron peor a lo esperado sugieren que el empuje de la economía ha disminuido su fuelle.

¿Esta disminución es un preludio de una recesión? ¿El colapso de las expectativas de los agentes respecto de la habilidad de Trump de producir mayor crecimiento se ha traducido en un menor dinamismo?

De ser el caso. De existir un riesgo eminente de desaceleración o recesión, no parece ser notado por las bolsas de valores: el Nasdaq y el S&P 500 se han anotado nuevos máximos históricos a últimas fechas y los precios de las acciones líderes siguen montando con alegría.

Pero hay otro dato que debemos considerar: esta expansión económica ya superó en duración al promedio histórico.

La expansión promedio en Estados Unidos suele durar poco más de siete años y este ciclo ascendente ya superó los ocho años consecutivos.

Este mero hecho significa que una recesión hoy es más probable que ayer, así que la desperdigada evidencia de que la economía está perdiendo dinamismo y de que una economía tan importante como la china esté enviando algunas señales financieras de recesión deben de monitorearse con seriedad.

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