Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

12 Jun, 2017

Sigue la violencia en Quintana Roo y Baja Sur

Los crímenes y eventos violentos en dos de los destinos turísticos más importantes de México, Cancún-Riviera Maya y Los Cabos, han sido una constante este año y no hay claridad para resolverlos.

En el caso de Baja California Sur, este tema es considerado por los principales empresarios de la plaza como el mayor riesgo para el desarrollo de la industria de los viajes, que de otra manera tendría una perspectiva clara de crecimiento.

El enfrentamiento entre dos grupos criminales, Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel del Pacífico, ha derivado en repetidas escenas delictivas que siguen sin desanimar a los viajeros internacionales a visitar ese destino.

Mientras que en Quintana Roo se ha observado un patrón en el que después de la constante afectación a los grupos de poder ligados al gobierno anterior, surgen hechos violentos que siguen mostrando un reacomodo de fuerzas en esa entidad.

Para no ir más lejos, dos días después de que fue detenido el exgobernador Roberto Borge en Panamá, hace una semana, los elementos de la Policía Estatal Preventiva de Quintana Roo activaron un operativo de reacción que derivó en la captura de seis implicados en el homicidio de dos personas en una marisquería de Cancún.

La información con la que cuenta el gobierno de Carlos Joaquín González es que estos dos hechos, la captura y los homicidios, se encuentran una vez más vinculados.

Ni en Los Cabos ni en Quintana Roo hay argumentos que permitan afirmar con certeza que la violencia está próxima a ser controlada.

Detrás hay un tema tan grande como el narcotráfico, que no podrá ser erradicado mientas el consumo de estupefacientes siga siendo ilícito, pues la oferta y demanda seguirán existiendo.

La percepción de que se trata de conflictos entre maleantes y que hasta ahora no han sido afectados de forma importante los turistas, permite racionalizar por qué el turismo internacional hacia esos dos destinos sigue creciendo.

En el caso de los estadunidenses, incluso a una increíble tasa de dos dígitos por cuarto año consecutivo; lo que significa que lugares atractivos y baratos, por la paridad peso-dólar, son el mejor incentivo para seguir llegando a México.

Por lo visto, los gobiernos federal y estatales de Baja California Sur y Quintana Roo no están con lo brazos cruzados y ha habido un reforzamiento de la seguridad, lo que no ha acabado ni acabará con el problema.

En cambio, se percibe poco cuidado en la forma en que se están comunicando estos hechos y en las herramientas previstas para responder, en caso de que llegue el temido evento en que sí resulten afectados los turistas.

A finales del gobierno pasado, el Consejo de Promoción Turística de México trabajó con varios destinos en establecer planes bien alineados para actuar ante situaciones de crisis.

Si hasta ahora han sido limitados los eventos recientes en que se ha tenido que echar mano de dichas herramientas, sin duda es un asunto que merece ser revisado, pues no basta con seguir confiados en que nada malo irá a pasar.

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