David Páramo

Análisis superior

David Páramo

13 Jun, 2017

Alan Godínez, confundido

Alan Godínez sigue profundamente confundido porque los datos duros de la economía siguen sin ajustarse a su imaginación. Para colmo de males, han dejado de manar informes con los que documentaba la inminencia de la crisis de la economía mexicana que, por supuesto, siempre es culpa del gobernante en turno.

Los políticos han dejado de usar las redes para alertar a la población con información en la inmensa mayoría de las veces falsa o totalmente fuera de contexto, puesto que ahora no ven utilidad en seguir alimentando las ilusiones del godín común.

Ya sabe, la esperanza que tienen, que llegue una suerte de mesías que con su simple presencia corrija males endémicos como son la corrupción (esa que Godínez practica con alegría en su escala dando mordida al policía, brincándose el trámite); la violencia (que cree que es un chiste cuando en la masa grita puto en el futbol).

Está convencido que si vota por el correcto no tendrá que esforzarse porque haciendo menos de lo que hace recibirá un sueldo digno (se indigna cuando alguien muestra cifras que documentan la bajísima competitividad de la economía mexicana, puesto que confunde horas nalga con productividad). Esos que en entidades que crecen a tasas del 8% se quejan de lo difícil que está todo.

Godínez ha preferido refugiarse últimamente en los refuerzos del Cruz Azul, equipo con el que se identifica porque ya casi logran algo importante, pero en el último momento algo sale mal como en su vida, o en la victoria moral que significa restregarle en su cara a Donald Trump que la selección de futbol de su país no puede con la de México o insultar el himno de otra nación porque les parece justo.

HECHOS

En los últimos días Alan Godínez ha tenido que encoger los hombros puesto que mientras estrena casa (Infonavit anunció la semana pasada el más grande récord en la colocación de crédito que, por cierto, ahora se hace a montos 70% superiores. El crédito hipotecario crece a una tasa del 10% anual) o comprar un vehículo (industria que sigue creciendo a una tasa de dos dígitos) o sigue comprando más en tiendas de autoservicio y departamentales (ANTAD informó un crecimiento de casi el 6% el mes pasado) tiene que decir que no es seguro que las cosas se mantengan así.

Este último dato es revelador, puesto que mientras Alan asegura que la inflación está fuera de control sigue comprando más, puesto que le alcanza para obtener una mayor cantidad de bienes y servicios. No falta el sandio que cree que los miembros de ANTAD venden más porque los precios sean más elevados, ni cómo ayudarlos.

Se le están acabando los argumentos en las discusiones del Oxxo o del Starbucks, (ésas que suelen tener a media jornada laboral cuando salen a fumar y quejarse que su patrón los trae en friega) sobre lo mal que está la economía.

Ya hasta los invitaditos a programas tienen que reconocer que la deuda como porcentaje del PIB ha comenzado a disminuir y no es un tema que preocupe a las calificadoras de valores, esas que tanto tiempo estuvieron en boca de Alan Godínez, la chairiza radical y uno que otro advenedizo del periodismo financiero buscando notoriedad.

Les cuesta cada vez más trabajo seguir angustiándose por el tipo de cambio (como si todos ellos ganaran en pesos y todo lo compraran en dólares) puesto que desde Trump el peso ha ganado más de 20% frente al dólar. Algunos se preguntan dónde está el trumpocalipsis que algunos les habían prometido.

TERRORES NOCTUROS

Como Alan Godínez se siente incapaz de manejar su propio destino y entender que la vía para mejorar sus condiciones de vida es siendo más productivo y eficiente, no esperar una oportunidad sino construirla, prefiere estar llorando porque es lunes y falta mucho para el viernes o creer que las cosas que le corresponden pueden ser resultas por un mesías populista (pierde horas productivas hablando de la productividad y quejándose del gobierno, la cultura, la conquista) sigue buscando qué temer.

Se preocupa por la inflación, pero eso le durará unos meses más cuando aritméticamente se corrija la burbuja. Ama leer a sandios que le dicen que si la renegociación del TLCAN no es buena tendrá un impacto negativo en el tipo de cambio (también si hay una invasión zombie).

Le aterra pensar que la economía marcha bien y es antifrágil, algunos prefieren equivocadamente resiliente, puesto que eso les enfrenta a la realidad de que gran parte de su situación corresponde a sus fallas y no al entorno del país.

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