Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

15 Jun, 2017

¿Y la economía y el país, apá? ¡Que se jodan, mi’jo!

No acababan de contar los votos los ciudadanos que fungieron como funcionarios de casilla este domingo 4, y ya los partidos y sus principales dirigentes estaban enfrascados en lo que les es realmente importante: Las elecciones a celebrarse el año 2018.

A medida que han ido transcurriendo los días posteriores a ese domingo, ha sido más clara la conducta descrita en el párrafo anterior. Al margen del partido que usted guste, sus dirigentes y cuadros políticos principales, así como los suspirantes o aspirantes a la candidatura presidencial en cada uno de ellos, han evidenciado el más mezquino de los intereses: el personalísimo.

No importa si estamos frente a Zavala o López y puntos intermedios; lo único que los mueve en los tiempos que corren, es la posibilidad de obtener la candidatura a la Presidencia de la República de su partido. Nada más importa; ningún otro objetivo o tema los mueve y conmueve, únicamente ser candidatos a la Presidencia.

Por otra parte, los sabedores de que no tienen la menor posibilidad de esa u otra candidatura, también están metidos de lleno en esa carrera perversa donde, el interés supremo del país es hecho a un lado, arrumbado en el cuarto de los trebejos. Lo que los impulsa, no es otra cosa que su ambición personal; ¿y el país? Como suele decir ese gran periodista que es Ciro Gómez Leyva: ¡Que se joda!

¿A quién le interesa hoy la suerte de la economía del país y su desempeño? ¿Quién está preocupado por el creciente gasto en pensiones y el costo financiero de la deuda del sector público federal? Si hubiere por ahí algún despistado en alguna dependencia, por favor que levante la mano y diga con la claridad y firmeza obligada: Estoy dedicado a cumplirle al país en estos momentos difíciles, y no a participar en sueños de opio de éste o aquel que sueña con alguna candidatura.

Por desgracia, de esos funcionarios no hay en este gabinete, ni en muchos otros del pasado; todos, en mayor o menor grado, están a la búsqueda de hacerle saber a alguno de los suspirantes o aspirantes, que están con él o con ella. ¿Y la economía, apá?, reza el conocido comercial. Pues ahí sigue, mi’jo, de tumbo en tumbo, contestaría el interrogado hoy, no por el hijo sino por los agentes económicos privados y los inversionistas que han tomado riesgos en el país. Mientras la economía da tumbos, los políticos a lo suyo: Colocarse con alguno de los nombrados para, en un salto mortal sin red de protección, saltar de un trapecio a otro como si fuere parte de un espectáculo en el Atayde.

Ése es el México de hoy, y esos son nuestros funcionarios y legisladores; y esos son los dirigentes de los partidos y sus principales cuadros y miembros distinguidos. Una sola preocupación los atormente: ¿Quién será el designado? No importa el partido ni sus ideas, sino el nombre del que será candidato.

¿Qué Paquete Económico enviará el Ejecutivo al Legislativo a más tardar este 8 de septiembre?  ¿Qué monto de gasto planteará en el Proyecto de Presupuesto? ¿Qué nivel tendrán las principales variables en el documento central del Paquete Económico, Criterios Generales de Política Económica 2018?

¿Qué me importa? Eso que lo vean otros, y ellos se preocupen. No de ahora, sino desde hace años, los partidos tienen asegurados cientos de millones de pesos cada uno y lo único que les interesa hoy, es la sucesión presidencial a resolverse el año próximo. Nada más, pero nada menos.

Si bien entiendo y acepto que lo dicho en los párrafos anteriores no es nuevo para usted, ¿aceptaría que nunca como en esta sucesión presidencial los ánimos están desbordados? ¡Que se joda México!, parecen decir todos. ¿Y la economía, apá? ¡Que se joda también!

Así somos, y eso somos. Qué chulo país hemos construido.

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