Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

21 Jun, 2017

Seis grados

El próximo domingo se cumplirán 130 años del natalicio del erudito húngaro Frigyes Karinthy, escritor de ensayos filosóficos, poemas, una traducción de Winnie the Pooh a su lengua natal y un testimonio autobiográfico sobre su propia experiencia como paciente de tumor cerebral.

Esta última obra inspiró la carrera del neurólogo Oliver Sacks, autor de otro volumen de memorias, Awakenings (Despertares), sobre cómo aplicó un aparentemente milagroso tratamiento curativo a enfermos en estado catatónico. Este best seller fue adaptado al cine en 1993 por la directora Penny Marshall, que a su vez defendió a Robin Williams –conocido suyo desde los años setenta– como el actor ideal para encarnar a Sacks.

Aunque Williams tuvo el rol principal en Awakenings, la nominación al Oscar se la llevó su compañero de reparto, Robert De Niro. Seis años después, este último participaría en una película con el título opuesto, Sleepers, la única de su vasta filmografía en la que ha compartido créditos con su colega Kevin Bacon.

A estas alturas el lector se preguntará: ¿qué tiene que ver Karinthy con Bacon? Pues, que el nexo entre ambos confirma una teoría que enunció el primero y que convirtió en fenómeno de internet al segundo: los seis grados de separación.

Nacido en Budapest el 25 de junio de 1887, Frigyes fue un literato precoz, que escribió su primera novela a los cinco años y a los 25 ya tenía al menos cinco libros publicados. Identificado por sus textos satíricos, su pasión por la política y un sentido del humor surrealista, también fue diestro en matemáticas y estuvo activamente interesado en todos los aspectos de la ciencia. Así lo describe Sacks en la introducción que hizo para el libro de Karinthy, A journey round my skull (New York Review Books, 2008).

Pero el mayor de sus legados es un relato breve de 1929, Cadenas, que reflexiona sobre cómo el avance de las comunicaciones ha convertido a la Tierra en un planeta diminuto, en el que todos sus habitantes están cada vez más cerca unos de otros. Para demostrarlo sugirió un experimento que consistía en seleccionar a cualquier habitante de entre los mil 500 millones que entonces poblaban el mundo, sin importar de donde proviniera. El reto consistía en ponerla en contacto con otro individuo cualquiera, utilizando una red de conocidos que no pasara de cinco personas.

Así, era posible establecer líneas que unieran al protagonista del cuento con una escritora ganadora del Nobel de Literatura, estando entre ellos el rey de Suecia y un destacado tenista. Incluso, el propio Karinthy podría estar ligado con un trabajador anónimo de la Ford Motor Company en tan sólo cuatro mediaciones. Pero reconoció que enlaces de esta naturaleza sólo eran posible en el mundo actual: el emperador romano Julio César, expuso, no habría contactado a un sacerdote azteca ni en 300 pasos.

Hace 50 años esta ocurrencia se tradujo en hipótesis científica y la formuló Stanley Milgram en el ensayo The Small World Problem, publicado en la revista Psychology Today de mayo de 1967, en el que coincide con el número máximo de cinco intermediarios para unir a dos individuos. A su vez, el dramaturgo John Guare la convirtió en 1990 en el argumento de la obra teatral Six Degrees of Separation, cuya más reciente puesta en escena cerró temporada en Broadway apenas el pasado domingo.

Pero este concepto se masificó en 1994 gracias a tres alumnos del Colegio Albright de Filadelfia, quienes crearon el juego de internet Six Degrees of Bacon, para determinar cuántos grados separan a cualquier celebridad del protagonista de Footloose, la película que estaban viendo cuando se les ocurrió el experimento. A la fecha, esta idea sigue viva gracias al sitio The Oracle of Bacon.

Y, por supuesto, la mejor muestra de la vigencia de Karinthy son las redes sociales. Una de las primeras surgió hace 20 años y se llamó justo así, SixDegrees.com. Fundada por el analista financiero Andrew Weinreich, fue pionera en combinar perfiles personales, mensajería instantánea y listas de amigos.

Demasiado adelantada a su tiempo, SixDegrees.com cerró en 2001, pero su modelo sería retomado tres años después por Mark Zuckerberg en Facebook. Esta red, por cierto, publicó en febrero del año pasado un estudio en el que revela que entre sus miles de millones de usuarios no hay seis, sino sólo 3.57 grados de separación.

¿Qué pequeño es el mundo? Más bien, qué pequeño es el muro.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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