José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

23 Jun, 2017

Carstens y Meade, en tasas la diferencia

La tasa de interés de referencia volvió a elevarse. Llegó a 7% anual. Sin duda, alta.

La Junta de Gobierno del Banco de México volvió a alzar la tasa en 25 puntos base por una razón clara: la inflación para la primera quincena siguió muy por arriba de la meta anual, y para la primera quincena de junio llegó a 6.30% anual. Y todavía se esperan un poco más de presiones inflacionarias. Sin embargo, como le comentamos aquí, las tasas ya están elevadas.

YA NO HUBO UNANIMIDAD EN BANXICO

Si bien había razones para elevarlas, lo cierto es que ya tienen un costo.

Incluso, hay un dato que no se puede pasar de largo: la decisión de la Junta de Gobierno del Banco de México, a diferencia de cómo lo suele hacer, en esta ocasión no fue una decisión unánime. Uno de los cinco integrantes votó por mantener las tasas en el nivel de 6.75 por ciento.

CARSTENS SE VA, PERO CON ANCLAJE

El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, que en noviembre deja su puesto para dirigir el Banco de Pagos Internacionales, no quiere dejar ningún cadáver en el closet, y prefiere “anclar” las expectativas antiinflacionarias.

¿Cómo? Con el alza en las tasas de interés. Carstens ha sido un buen banquero central. Bajo su gestión se ha tenido la menor inflación anual. Logró una inflación de 3.36% durante 2016.

Sin embargo, vinieron vientos en contra: el gasolinazo, el mayor tipo de cambio, las tarifas de autotransporte y los precios agropecuarios. Todo se juntó en 2017 para llevar la inflación al alza.

El Banco de México ha debido recurrir a su principal herramienta de política monetaria, las tasas de interés. Se han elevado de 3% en 2015 hasta 7%, al día de ayer.

TASAS, YA ERAN ALTAS

Ya son tasas altas. Han más que duplicado el diferencial de tasas con Estados Unidos premiando al inversionista en México.

Han ayudado a la apreciación del peso. Incluso, las tasas de corto plazo están casi igual a las de largo plazo. Sin embargo, Carstens no quiere correr riesgos. No quiere irse a Suiza dejando un problema de “anclaje de expectativas antiinflacionarias”.

Al contrario, quiere dejar bien ancladas las expectativas de que la inflación va a bajar y para 2018 volverla a tener en el orden del 3% anual, que es el objetivo del Banco de México.

MEADE, AHORA QUE EMPEZÁBAMOS A CRECER

Sin embargo, en Hacienda las tasas ya se ven elevadas. José Antonio Meade y su equipo consideran que la política fiscal está poniendo de su parte para bajar las tasas, como lo muestra el superávit primario y la baja en la deuda pública total que no presionan para colocar deuda ni bonos a cierto nivel de tasa.

Además, consideran que las tasas ya son elevadas, como lo muestra la apreciación del peso y el diferencial con Estados Unidos. Y desde luego ven el riesgo: afectar el pronóstico de crecimiento en el penúltimo año de gobierno.

Por primera vez en la administración de Peña los pronósticos de crecimiento se elevaron.  Ya están en alrededor del 2% para este año, cuando al principio estaban en 1.5 por ciento.

Aquí la postura hacendaria y la del banco central son distintas. Uno quiere más expansión. El otro más baja inflación. Ojo, no quiere decir que ambos quieren crecimiento con estabilidad, pero la ponderación de crecimiento e inflación es distinta. Y sí: las tasas ya son altas.

Pero Carstens no va a irse a Suiza dejando “expectativas sueltas”. Y Meade no quiere que las tasas espanten el crecimiento, que por primera vez en el sexenio empieza a tener mejor pronóstico.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube