David Páramo

Análisis superior

David Páramo

29 Jun, 2017

Yoga en GM

El viernes de la semana pasada afirmé en el noticiario de Grupo Imagen que el Camaro de General Motors no me parecía un vehículo musculoso como The Rock, sino como un maestro de yoga.

En días pasados he contado algunas experiencias en las agencias de vehículos y ayer los community manager, o como se hagan llamar, de General Motors confirmaron lo que les he señalado sobre las armadoras en México: están ensoberbecidas con las ventas, que se deben más al crédito especialmente por parte de los bancos; parece que le hacen un favor a los clientes como si se tratara del IMSS en la década de los setenta o, peor aún, no se han dado cuenta de que esta situación terminará causando graves conflictos.

Me hicieron favor (como si bajaran del Olimpo) de mandarme el siguiente tuit: “Hola David, nos gustaría conocer tu experiencia por favor escríbenos a través de esta liga de Twitter…”. Ni mandados a hacer.

Según los de General Motors México buscan fingir interés, pero no mucho como para hacer algo. Es el cliente el que tiene que buscar la manera en la que ellos estén cómodos recibiendo la información dentro de su larguísima cadena de instancias que recuerdan las comisiones del Congreso de la Unión en la década de los ochenta.

Si respondiera el formato de su encuesta, muy probablemente llegaría a un empleado de ínfimo nivel y mínima capacidad de decisión que, evidentemente lo depositaría en una bandeja que se llama: Estos idiotas creen que importa.

Luego los community manager o respondedores de tuits (eso de community manager es tan impreciso como ridículo), junto con los de mercadotecnia y los directivos festejarán que las ventas están por las nubes y en el mejor tono mirreinal  que tengan dirán que la armadora no es responsable de sus distribuidores o alguna cosa así, cuando los vendedores (esas personas poco capacitadas y peor pagadas) son la cara visible de la empresa.

En mis anteriores entregas he sostenido que las armadoras de vehículos están viendo un espejismo con las ventas, puesto que no son un sector competitivo y en el que la calidad del servicio al cliente se encuentra por los suelos.

A reserva de seguir haciendo mi recorrido por diversas agencias del cual le iré dando cuenta en esta columna, puedo comentarle que ayer en una agencia de Buick (también de General Motors) tiene una política muy interesante de prometerle a los clientes que se comunicará el ejecutivo adecuado para orientarlo en la compra de un Regal GS, con un valor cercano a los 700 mil pesos, antes de media hora porque está muy ocupado. Si a usted no le llamaron, tampoco a mí… Imagino que tiene cosas más importantes que hacer que atender a un cliente.

Si, como he relatado en estos casos de gama alta el trato es infame, supongo que en el resto de los vehículos la situación se vuelve todavía peor. En el sector automotriz parece que mucho más allá de la necesidad de comprar un vehículo, lo que uno tiene que considerar es quién es el menos malo, una tarea verdaderamente difícil.

¿CORRUPCIÓN?

Star Re, encabezada por Alberto Ávila y Gerardo Velasco, se ha convertido en la reaseguradora favorita durante este sexenio, Fonden acaba de contratar sus servicios hace unos días, a pesar de tener problemas con otras entidades del Estado mexicano como CFE, Conagua o la propia SEP con las que presenta adeudos multimillonarios.

La reaseguradora ha logrado pasar demasiado bien y fácil todas las revisiones que le hace la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, presidida por la gris Norma Alicia Rosas Rodríguez. Esta situación ha generado sospechas, puesto que el presidente de Star Re, Armando Venegas, fue director de reaseguro cuando la actual presidente de la comisión era la vicepresidente de Estudios y Análisis Sectoriales.

Existen sospechas de que Jorge González, director de Supervisión de Reaseguro de la CNSF, le sopla las respuestas a su antecesor o que por lo menos tienen una relación excesivamente cercana.

Ha llegado el momento de que Vanessa Rubio, subsecretaria de Hacienda, ordene una revisión en la cual se determine si realmente Star Re es tan buena para recibir masivamente asignaciones; así como para aclarar si, verdaderamente, existen vínculos indebidos que involucran tanto a la presidente de la CNSF como al encargado de supervisar a las reaseguradoras y a quien ocupara el cargo antes que él. La otra posibilidad es que se trata de una mera coincidencia y la investigación eliminaría las dudas y sospechas que hay en el sector.

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