La economía en México mantiene crecimiento sorpresivo, mejor de lo que se esperaba

El desarrollo que ha mostrado la economía mexicana en lo que va de 2017 ha sido mejor de lo que se esperaba a finales del año pasado, principalmente con el aumento de los riesgos externos que apuntaban hacia una economía entrando en aguas turbulentas.

La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre pasado hizo suponer que habría un deterioro importante en el entorno económico para México, considerando las propuestas agresivas que presentaba el entonces candidato: la eliminación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la implementación de una Reforma Fiscal que daría incentivos a las empresas que produjeran en Estados Unidos.

Sin duda, el panorama no era el más favorable, y sumado a un contexto donde el sector industrial en México mostraba una tendencia de debilidad, las expectativas de crecimiento del PIB de este año se corrigieron hasta situarse en 1.50%, de acuerdo con la Encuesta del Banco de México (Banxico), lo que impulsó un aumento en la volatilidad financiera.

Ocho meses después de las elecciones en Estados Unidos, las perspectivas para la economía mexicana han mejorado. Si bien se mantendrá una dinámica de crecimiento lento, existe mayor confianza de que la economía es suficientemente resistente.

Actualmente, la Encuesta Banxico apunta a un crecimiento de 2.0% para este año, es decir, las visiones más adversas para la economía parece que se están diluyendo, y con ello los temores de una desaceleración abrupta.

Por un lado, los riesgos externos que se vislumbraban a finales de 2016 tienen una menor probabilidad de materializarse, aunque debemos tener en cuenta que no han desaparecido del todo.

Por ejemplo, aun cuando se dé una revisión al TLCAN, tal parece que éste no se eliminará, y la postura de México y Canadá será de cooperación, en busca de obtener un acuerdo renovado. En tanto, Estados Unidos muestra cada vez menor poder para eliminar el acuerdo ante el Parlamento, el cual se ha mostrado dividido.

Además, los temores de una Reforma Fiscal en Estados Unidos que pudiera generar la salida de algunas empresas del país para llevar sus operaciones a territorio norteamericano cada vez se diluyen.

Aunque los riesgos se mantienen latentes, parece que no se materializarán los escenarios más adversos; por el contrario, la economía interna es la que ha sido el motor de crecimiento.

Los indicadores adelantados del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) muestran una economía mexicana que entró en una fase de expansión desde junio. El sector servicios presentó su mayor dinámica desde 2012, y los datos duros divulgados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) son claros: el sector servicios, que representa cerca del 65% de la economía, se ha mantenido fuerte.

Especialmente, el comercio crece a tasas superiores al 3%, mientras que los servicios, como los inmobiliarios y de transporte, se han mantenido fuertes pese a que las expectativas apuntaban a una desaceleración.

En cuanto a los datos de crecimiento de mayo, apuntan que, si bien se espera que en lo que resta del año la economía muestre una desaceleración, ésta será de manera gradual y para nada mostraría un escenario de crisis.

Algunas de las señales que apuntan a una desaceleración son la disminución que ha mostrado el crédito, si bien el crédito al consumo crece a tasas de 14%, el sector privado avanza el 12%, lo que muestra un crecimiento más lento desde las tasas de 17.6% y 27.7%, respectivamente.

Con esto queda claro que la economía mexicana ha sido resistente a la ola de desconfianza que enfrentó a inicios de año, y con base en la fortaleza de la economía interna, México se suma a los países que siguen mejorando su desempeño este año, y en general, impulsa al alza las expectativas de crecimiento a nivel mundial.

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