Mancera y Meade, salario mínimo y presupuesto

El encuentro entre Miguel Ángel Mancera y José Antonio Meade fue productivo.

De inmediato se tocaron dos puntos clave, el salario mínimo, en el cual Mancera instó a elevarlo de manera responsable, y el presupuesto, en el cual Meade también pidió lo mismo: revisarlo con responsabilidad, sin politizarlo, para poder mantener la consolidación fiscal en el último año del gobierno federal.

Así, el jefe de Gobierno de la capital y el secretario de Hacienda, ambos presidenciables, trataron dos temas indispensables en este año preelectoral, y que cada uno ha impulsado: Mancera el aumento del salario mínimo y Meade las finanzas públicas sanas para evitar cualquier crisis.

SALARIO MÍNIMO, NO PROVOCÓ LA INFLACIÓN

Mancera ha sido el impulsor del aumento del salario mínimo. Fue el primero en desindexar las multas y créditos del salario mínimo.

Fue el primero en sólo contratar empresas que cumplieran con mejores salarios. Y ahora pide el aumento de las percepciones mínimas. No es el único. Hasta los empresarios de la Coparmex, la Confederación Patronal, han solicitado elevarlo.

Y sí se puede hacer. Uno, hay que dejar de ver al salario mínimo como el gran impulsor de la inflación. Aquí se equivocó el análisis del Banco de México (y debemos decir que los análisis de Banxico son certeros, pero aquí parecía más consigna que realidad). El salario mínimo no provocó inflación. Fue el gasolinazo, fue el tipo de cambio, fueron las tarifas de transporte. Pero no fue el mínimo.

PROPUESTA DE MANCERA, ELEVARLO EN PESOS

Al elevar el salario mínimo en pesos, y no en porcentaje, se evita que los sindicatos lo tomen de pretexto para elevar sus salarios contractuales, que como sabemos deben ser aumentados sólo con base en la productividad.

En cambio, el salario mínimo es eso, un mínimo para recibir los satisfactores básicos para vivir. Hoy está por debajo de la línea de bienestar del Coneval. Por eso, Mancera, Coparmex y otros organismos solicitan elevarlo de 80 a 92 pesos diarios.

Además, Estados Unidos en la renegociación del TLCAN podría argumentar que México mantiene salarios dumping, por estar por debajo de costos. Así de grave es la situación.

Y el secretario de Hacienda hace bien al decir que el aumento sea pensado, con responsabilidad, y en efecto podría ser una elevación en pesos.

MEADE Y LA BAJA DE DEUDA

La otra preocupación surgió por el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, al pedirle al jefe de Gobierno capitalino responsabilidad en la negociación presupuestal. Meade tiene razón.

Este año por fin se logró el punto de inflexión para ir bajando la deuda respecto del PIB. La deuda total llegó a ser del 50% del PIB. Preocupaba su crecimiento. Y Meade le puso freno. Este año cerrará en 48% del PIB, y se espera seguirla bajando.

Esto manda señales indispensables para las agencias calificadoras, Moody’s, Standard & Poor’s, Fitch, que tienen a México en perspectiva negativa, y al ver el inicio en la reducción de la deuda como porcentaje de la economía, notan un esfuerzo notable por tener finanzas públicas más sanas. Y así consolidar la posición fiscal. Esto es importante porque podríamos mantener el buen acceso financiero de gobierno y empresas.

MEADE CON CONSOLIDACIÓN FISCAL… TRANQUILIZA

De ahí que Meade pida responsabilidad fiscal para cerrar el sexenio, y así evitar crisis y volatilidad.

Además, la plataforma petrolera no crecerá. Por eso se necesitará un pequeño ajuste adicional en el gasto en el último año de gobierno. Cualquiera podría elevar el gasto en año electoral para quedar bien con los votantes, dar señales artificiales de mejoría, de gasto ficticio, pero que terminaría siendo irresponsable y todos terminaríamos pagándolo con deuda y crisis. Sería irresponsable.

Al contrario, Meade piensa cerrar el sexenio con consolidación fiscal, reduciendo deuda y con superávit primario. Es tranquilizador, porque las películas de terror de fin de sexenio ya las hemos visto.