Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

13 Jul, 2017

¿Se ha contagiado de encuestitis? ¿Y se curó?

La encuestitis, esa infección que de cuando en cuando nos ataca, está de vuelta entre nosotros. Esta vez, todo así lo deja ver, tampoco contaremos con los medicamentos adecuados para combatirla. ¿Cuál sería entonces, frente a un posible contagio, la mejor defensa? Siento decirle que contra la encuestitis, no hay algo que hacer para evitarla salvo, por supuesto, ser un ermitaño, aislado totalmente de la civilización. 

Lo peor de esta enfermedad, es que uno la busca; no es como otras, que con ciertas medidas que tomemos evitamos contagiarnos. Con ésta no; algo raro sucede porque, uno la busca; ve a los amigos tan felices con ella, que se nos antoja y decimos: ¿por qué no? Parece no causar daño alguno, y los que la contraen se sienten más confiados, y opinan de cosas que antes ignoraban. ¿Acaso da sabiduría?

Y ya, sin mayor análisis, contraemos la encuestitis. Los estudios realizados por científicos prestigiados —entre los que se cuentan varios premios Nobel de medicina, dedicados a estudiar enfermedades contagiosas—, muestran que tiene periodos de afectación que van de los nueve a los 12 meses.

Sus efectos se dejan sentir, poco a poco; a medida que los meses pasan, elevan su intensidad, y se registran ataques febriles intensos. Incluso se habla de casos de convulsiones las cuales, de no controlarse, podrían llegar –en los que han desarrollado adicción a la encuestitis–, a poner la vida en peligro de no buscar ayuda médica profesional.

Los grupos más propensos a contraer la encuestitis, son los políticos, y los integrantes de otro grupo quienes, además de distinguirse porque hablan de lo que ignoran, poseen una cualidad muy molesta para quien alterna con ellos, que en algunos lugares se la conoce como Ser farolón y/o Sentirse importante.

Las investigaciones realizadas por aquellos científicos demostraron de manera empírica, pues no se ha podido elaborar una explicación completa de esta enfermedad, que hay una cierta relación de sanación, con un ritual que algo tiene de santería y chamanismo: las elecciones. Encontraron aquéllos en el paciente contagiado, una conducta sorprendente, desconcertante diría yo. Trataré de explicarme; solicito su comprensión porque, no sólo no soy médico, sino que sé muy poco de enfermedades contagiosas. 

Esto que le comento enseguida, de lo cual hay varios trabajos publicados en revistas científicas, se ha registrado casi exclusivamente en países de América Latina. En otras regiones del planeta, no se presenta, o no lo hace con la intensidad que registra entre nosotros.

(Hago un paréntesis para decirle, que lo que sorprendió a los científicos, es la presencia reciente de la encuestitis en un país donde, nadie imaginó que podría presentarse: Estados Unidos).

Le decía pues; se encontró una relación, rara por decir lo menos, entre el ritual aquél —las elecciones—, y la enfermedad comentada. La intensidad de los ataques febriles y las convulsiones van in crescendo, a medida que se acerca la fecha de la celebración de aquél.

Una vez que un porcentaje muy alto de la población lleva a cabo esa fiesta pagana donde, ocasionalmente hay actos de violencia que algunos festejan mientras otros los critican, los síntomas reducen su intensidad.

Poco a poco, en dos o tres semanas, los síntomas prácticamente desaparecen y el enfermo, casi por arte de magia, regresa a su condición previa: Desaparece la sabiduría repentina y, sin darse cuenta el equipo médico del cómo y el por qué, el paciente olvida el ritual ése de las elecciones para contagiarse de otra enfermedad, que tiene efectos severos en la capacidad de raciocinio del recién curado, la footballitis.

¿Sabe usted de algún brebaje que podría ser útil para reducir los efectos de la encuestitis? Hoy, en los hospitales del IMSS y del ISSSTE, ya hay varios contagiados que son atendidos.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube