David Páramo

Análisis superior

David Páramo

18 Jul, 2017

Evidencia empírica

Mientras que la apuesta de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes es que se olvide el mal rato que costó la vida a los Mena mediante la ya muy usada estrategia de prometer investigaciones, repartir la culpa entre funcionarios menores, ordenar revisiones de toda la red carretera y esperar a que algo más distraiga a la opinión pública, es necesario exigir una revisión integral de la operación de esta dependencia durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Los gajes del oficio, que no son otra cosa sino irresponsabilidades criminales, que lo mismo han costado vidas en Morelos, Estado de México, así como daños al patrimonio y salud de personas en prácticamente toda la red carretera, ésa que se presume como la más importante de la historia nacional, deben ser vistos como una gran señal de alerta para el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

No debe ser visto como normal que se presenten socavones, hundimientos, vados, inundaciones, desniveles y un larguísimo etcétera que se puede ver en toda la red carretera nacional. Lo normal sería que el gobierno utilizara los impuestos de una manera eficaz, efectiva y eficiente para construir infraestructura y que, con ella, la iniciativa privada generara mayor prosperidad para el país.

El Paso Exprés de Cuernavaca es una obra mal pensada, peor diseñada y pésimamente ejecutada. ¿Alguien pensó que se haría, por ejemplo, si hay un accidente que bloquea esos dos carriles? Fácilmente hay quienes podrían quedar atrapados entre muros de concreto inflexibles que no tienen salidas de urgencia.

El Órgano Interno de Control de la SCT y la Auditoría Superior de la Federación deben explicar cómo es posible que una obra con tantas fallas haya sido autorizada y cómo se le hizo para que el costo pasara de mil millones de pesos a dos mil 200 millones de pesos.

Todos los indicios señalan que se hizo la clásica. El consorcio encabezado por Aldesa ofreció mucho menos que los demás competidores (400 millones de pesos según la cifra oficial) y ya una vez con el contrato comenzó a subir los precios. Se trata de una práctica bastante común y difundida en el gobierno. Si está pensando en una forma de corrupción, evidentemente tiene razón.

MALA SUERTE

Esa mala suerte que Dios reparte sólo entre los tarugos se ha ensañado con la SCT durante este sexenio. La lista de asuntos que no han salido bien en esta dependencia es escandalosa. El nivel de eficiencia es muy inferior al que tiene el resto del gobierno federal y sólo queda dar gracias a Dios que por la SCT no pasaron las reformas Energética, Financiera o de Telecomunicaciones (el pequeño tema en el que tuvieron participación salió fatal).

El paso del tiempo sólo hace viejas a las personas y no las convierte en sabias, quizá esa es la principal explicación por lo que los principales temas dentro de la SCT han resultado en fracasos tan caros como memorables.

AICM

Si tomamos en cuenta todo lo que ha pasado con el programa carretero durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, sería necesario replantear todo el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Si el Paso Exprés de Cuernavaca originalmente costaba mil millones de pesos y terminó, mortalmente mal hecho, y con un costo superior en más del 100% con respecto a lo que se había acordado originalmente. ¿Quién, cómo, cuándo y por qué lo autorizaron?

Con base en esa experiencia sería necesario detener la construcción del NAICM, por lo menos hasta que se pueda garantizar que el mal rato no se presentará en esta terminal aérea.

De entrada, valdría la pena señalar que la supuesta garantía de que las obras son planeadas, diseñadas y ejecutadas por ingenieros mexicanos (Si Donald Trump dijera algo similar es fácil imaginar a los políticamente correctos aullando) no sirve absolutamente para nada.

Evidentemente, Federico Patiño tampoco es una garantía en cuanto a la operación de esta obra, puesto que en el menos malo de los casos, se trata de un operador financiero y no un experto en edificaciones.

Si la obra del NAICM se encuentra valuada en 186 mil millones de pesos, sería de esperarse, con base en la experiencia empírica, que el costo de la obra podría superar los 400 mil millones de dólares y, todavía peor, que los pasajeros de un avión pasaran un mal rato, por los gajes del oficio, y perdieran la vida al caer en un socavón culpa de las lluvias atípicas y acumulación de basura.

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