David Páramo

Análisis superior

David Páramo

19 Jul, 2017

Violinista en el tejado

Si no fuera patética, resultaría muy chistosa la actitud de los criticones a la gestión del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), quienes están tratando de demostrar que pueden escupir más lejos o que ellos son los que ponen y quitan al presidente del IFT como solían hacerlo con los lamentables presidentes de la extinta Cofetel.

Reguladores que terminaban capturados o simplemente incapacitados para cumplir medianamente bien el encargo, perseguidos por una cartera de representantes de la sociedad civil (todos autonombrados), quienes ahora mueren por lograr cargos a los que no pudieron aspirar por falta de capacidad, como se demostró en los exámenes hechos por el Inegi y el Banco de México.

Uno de los grandes cambios que trajo la Reforma Constitucional a las Telecomunicaciones fue crear un organismo autónomo que ha operado con gran eficiencia, un pleno verdaderamente poderoso, en el cual se ha logrado distribuir bien las responsabilidades y evitar la lucha de egos. Están en las antípodas de la Comisión Federal de Competencia que es visto como un juguete de la lamentable
Alejandra Palacios.

TELEVISIÓN ABIERTA

Sin embargo, quienes fracasaron como funcionarios de la Cofetel, no tienen capacidad y los que gustan de crear fuegos para luego apagarlos y así mantener el mito de que son la mano que mece la cuna de las telecomunicaciones, siguen buscando el modo de hacer campañas a su favor.

Cuando algunos, al ritmo del Violinista en el tejado, trataban de inflar el tema de la tarifa cero de interconexión, le adelanté que ése no era el objetivo de fondo, puesto que se trata de un asunto que todavía tendrá que recorrer un muy largo camino en tribunales y en el que no existe posibilidad de que haya cobros hacia atrás. Si usted se creyó el cuento de que podría terminarse con la Reforma Constitucional a las Telecomunicaciones, no resulta mucho más que un ingenuo que se traga todas las fintas que crean, entre otros, el legislador socialité.

En este entorno, han enderezado una nueva guerra. Ahora en contra de la televisión abierta, sin importar que parezca que están mordiendo la mano que les da de comer, mediante una campañita, según la cual, el IFT ha fallado en generar interés sobre la televisión abierta: tremendo absurdo.

Hechos. Como lo demuestra la información estadística del IFT, la gente prefiere de manera clara y contundente la televisión abierta, incluso a través de sistemas de paga. Desde hace tres años, he informado puntualmente en esta columna sobre el gran éxito que tiene la televisión abierta, en buena medida por su capacidad de generar contenidos atractivos para la población.

¿Dónde están los que intentaban descalificar mi análisis superior afirmando, con falsedad, que los sistemas de streaming implicarían la muerte de la televisión abierta? Hoy los datos no dejan ninguna duda.

El ingreso al mercado de la televisión abierta por parte de Grupo Imagen demuestra todos los días que sí había espacio para nuevos competidores con una oferta innovadora a favor de los consumidores. La licitación de la tercera y cuarta cadena de televisión resultó exitosa, a pesar de que un grupo se desinfló en el camino y uno más no cumplió con su compromiso.

En el caso de la licitación de la cuarta cadena, el mercado se está encargando de demostrar que sí hay interés por un formato diferenciado en la televisión abierta. Ya no se trata de grandes cadenas de televisión, sino de ofertas locales y regionales.

El IFT nuevamente dejó claro que el mercado es más inteligente. Hay 16 postores que ofrecen esquemas de televisión local y regional, que han funcionado con mucho éxito en otros países del mundo.

Nadie, con seriedad, puede asegurar que el IFT no logró generar interés en ninguna de las dos licitaciones de televisión abierta (independientemente de que eso le corresponde al propio mercado). En la actual licitación, los 16 interesados podrán participar por 36 zonas de cobertura en 22 estados de la República que tienen una capacidad de cubrir a casi 68 millones de personas, equivalentes al 60.5% de la población del país.

OBJETIVOS

La gran legión de resentidos, envidiosos e incapaces, quienes se ajustan, como ya he dicho, perfectamente al principio de quien sabe hacer algo muy bien, lo hace; quien no lo sabe hacer, lo enseña y el que no lo sabe hacer ni enseñar, lo critica, está generando un entorno bastante perverso en el cual no buscan el mejor interés del sector de las telecomunicaciones, sino juegan para una larga serie de agendas personales: ¿Lo saben? ¿Se benefician?

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