Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

26 Jul, 2017

Des-pa-ci-to

 

Apenas tres días antes de cumplir un lustro de haber sido publicado en YouTube, el videoclip de la canción Gangnam Style, del cantante sudcoreano Psy, fue superado como el más visto en la historia de ese canal de internet propiedad de Google. Lo rebasó See you again, tema principal de la película Furious 7 a cargo de Wiz Khalifa y Charlie Puth, cuyo reinado, me temo, no será muy largo.

Tomando como referencia la publicación del sitio web de la revista Billboard del 12 de julio, See you again llegó ese día en números redondos a los dos mil 904 millones de reproducciones, contra dos mil 896 millones de Gangnam Style. En tercer lugar estaba Sorry, de Justin Bieber, con dos mil 638 millones; en cuarto Uptown Funk!, de Mark Ronson y Bruno Mars, con dos mil 551 millones y en quinto lugar el fenómeno musical de la temporada: Despacito,  del puertorriqueño Luis Fonsi en colaboración con su paisano Daddy Yankee, que ese día sumó dos mil 508 millones de visualizaciones.

Al momento de empezar a escribir estas líneas, el pasado lunes 24 por la tarde, Despacito ya había saltado al tercer lugar histórico con dos mil 784 millones de reproducciones. En tan sólo 12 días logró ser visto 276 millones de veces más, un promedio de 23 millones diarias. See you again sigue al frente de la lista, pero en el mismo periodo llegó a dos mil 955 millones, un avance de 51 millones de vistas, con un promedio de 4.25 millones diarios.

Si ambas canciones mantienen este mismo ritmo de visualización, es posible vaticinar que Despacito alcanzaría y superaría a See you again a más tardar en una semana, siendo ambas las primeras en cruzar la barrera de los tres mil millones de views. Esto significaría que la pieza de Fonsi comenzaría agosto convertida en monarca absoluta de YouTube y con ello añadiría un récord más a los que ya ha cosechado desde su lanzamiento, el 12 de enero de 2017.

El 17 de julio, la disquera Universal informó que la versión original de Despacito y el remix en el que participa Justin Bieber (con un fragmento en inglés y que lleva 11 semanas encabezando el hit parade en EU) sumaron en conjunto cuatro mil 600 millones de reproducciones en las diferentes plataformas de transmisión en línea, entre ellas Spotify, Apple Music, Deezer y Google Play.

No conforme con romper el récord global de música en streaming y estar a punto de quebrar el de YouTube, Despacito puede presumir que es también un fenómeno de ventas y, más sorpresivo aún, en países que no son de habla hispana.  El remix con Justin Bieber ha llegado al número uno en descargas en las tiendas iTunes de Reino Unido, Australia y Sudáfrica, mientras que la versión original completamente cantada en español ha liderado la lista en Bélgica, Dinamarca, Alemania, Francia, Irlanda, Noruega, República Checa, Polonia, Suecia, Holanda y Portugal, entre otras.

Dicho en otras palabras: en todos esos países la gente ha pagado por descargar Despacito para tenerla como parte de su acervo musical. Un dato que puede ser desconcertante para los detractores del reggaetón, los cuales abundan en las comunidades virtuales. ¿Qué dirán cuando sepan que el primer ministro canadiense Justin Trudeau incluyó a Despacito en la lista de canciones que escuchará este verano y que dio a conocer el 15 de julio en su cuenta de Twitter?

Más allá de que han surgido notas para explicar desde un punto de vista sicológico o neuronal por qué ha sido tan pegajoso su ritmo, el director de Universal Music, Lucian Grainge, dijo a la BBC que el éxito de Despacito sólo demuestra la forma en que el streaming está democratizando un mercado de la música dominado por la música de habla inglesa y que, por primera vez, tiene en la cima a exponentes latinoamericanos.

“Democratizar la música” es también la bandera enarbolada por la firma Smule —así lo asegura su cofundador, Ge Wang—, que desarrolló la aplicación de karaoke Sing, la cual permite a sus suscriptores cantar Despacito a dúo con el mismísimo Luis Fonsi, grabar el video y compartirlo en redes sociales. “Fue una forma de aprovechar las nuevas tecnologías”, aseguró el boricua, entrevistado por Juan
Carlos Cuéllar para Excélsior (01/07/2017).

En el mismo tono de lectura política, el periodista neoyorquino John Paul Brammer ponderó en The Guardian las ventajas de que una canción en español sea el himno del verano en plena era Trump. Tratándose de diversidad lingüística nos vamos pegando, poquito a poquito...

marco.gonsen@gimm.com.m

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