José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

31 Jul, 2017

A la defensa del TLCAN, cuidado, nos pasó con azúcar

 

Claro que el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, tiene razón al no revelar su estrategia de negociación del TLCAN. Sólo la conocerán algunos senadores.

Ildefonso es buen negociador, tiene conocimiento en el tema (estuvo en Washington durante la primera negociación del acuerdo comercial hace 17 años) y conoce la industria mexicana. Sin embargo, sí hay un tema que no hemos resuelto, y es el de decir exactamente qué queremos de la renegociación.

Hasta el momento somos receptivos, estamos a la defensiva con el tema de mantener acceso al mercado estadunidense. Pero no hemos dicho públicamente, y sí lo podríamos decir, qué metas queremos.

Azúcar, acceso sí, valor poco

Con el tema del azúcar fuimos receptivos, y no fue el mejor acuerdo que pudimos alcanzar. Sí logramos mantener nuestro acceso al mercado estadunidense.

Sí pudimos lograr un precio sostenible para la cadena productiva ingenios-industria. Sí se logró que si EU necesita más dulce, antes que a otro país, le deba comprar a México. Pero lo cierto es que perdimos el principal punto: el de tener mayor cuota de exportación del azúcar refinada.

Fuimos receptivos

En cambio, Wilbur Ross, secretario de Comercio de EU, en todo momento dijo lo que querían: bajar la cuota mexicana de exportación del azúcar refinada, la de mayor valor. Y lo lograron.

¿Por qué no decimos objetivos específicos?

En la renegociación general del acuerdo comercial sucede algo similar. Somos receptivos. Sólo decimos que queremos mantener el acceso al mercado más grande del mundo de manera preferente.

Y claro que eso queremos en general, pero podríamos definir objetivos mucho más específicos en sectores que somos altamente competitivos: apertura total a las exportaciones agropecuarias mexicanas o mejores garantías para la industria automotriz. Por dar dos ejemplos. En cambio, estamos esperando para defendernos.

EU especificó: Desaparecer solución de controversias

Estados Unidos ya dijo lo que quiere: Reducir el déficit comercial con México, desaparecer el capítulo 19 del TLCAN sobre solución de controversias y evitar el manejo cambiario para promover exportaciones.

En todos esos capítulos, lo más seguro, es que nos podamos defender. En solución de controversias podríamos ir a la Organización Mundial del Comercio. El manejo cambiario para estimular exportaciones no lo hacemos, pues nuestro régimen cambiario es de libre flotación y la cotización la va poniendo el mismo mercado.

Sin embargo, volvemos a lo mismo: somos receptivos. No proactivos. Estamos a la defensiva, sólo esperando dónde nos va a doler menos el golpe estadunidense. Pero carecemos de objetivos específicos.

El mencionar, a grandes rasgos y tan general, que sólo queremos tener acceso al mercado de Estados Unidos, no basta. Y menos cuando nos da pavor que en la negociación salga el tema del bajo régimen salarial, ya sea por dumping laboral o porque la industria estadunidense alegue maquiladora en la industria automotriz por bajo nivel salarial.

México, parte de la solución frente a China

México puede dar el salto a una poderosa política de competitividad, donde dejemos de recargarnos en el bajísimo costo de mano de obra, o en tener acceso al mercado estadunidense, sino en productividad, competitividad, capacitación, y que sepamos que somos parte de la solución productiva de la región norteamericana para competir con China.

Estamos llegando a la renegociación de agosto sin decir públicamente nuestros objetivos específicos. Está bien tener acceso al mercado estadunidense. Está bien que Ildefonso Guajardo no  nos diga la estrategia, e insistimos, es un buen negociador y conocedor. Pero el problema es que ya nos pasó con el azúcar: fuimos a la defensiva, sólo queríamos mantener el acceso al mercado estadunidense, sin dar puntos específicos de negociación, y así nos fue: mantuvimos el acceso al mercado estadunidense, cierto, pero perdimos cuota de mercado en el principal proceso de valor, el del azúcar refinada.

 

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