David Páramo

Análisis superior

David Páramo

8 Ago, 2017

¿Desmentido?

 

Diversas personas se pusieron en contacto conmigo para desmentir la columna publicada ayer, según la cual hay un grupo de interés atrás para impulsar que Adolfo Cuevas sea el próximo presidente del IFT.

Por principio de cuentas, señalaron, se trata de un hombre a quien eso de ir al trabajo no se le da muy bien. Por mucho es el comisionado que menos asiste a las oficinas del instituto, algo que también hacía desde los tiempos en los que era un muy callado asistente de Ernesto Gil Elorduy. Otros reiteraron que más bien era un aviador por sus muy prolongados periodos sin asistir.

De hecho, no son pocos de los trabajadores de planta de la Cofetel que pasaron al IFT, que no sabían quién era Cuevas y debían recurrir a cosas como es uno que suele andar atrás de Gil Elorduy.

Si usted analiza los plenos del IFT (puede hacerlo en la propia página del instituto) no sólo encontrará las exóticas votaciones de Cuevas y sus no menos extraños postulados como los que expresó en contra de UnoTv, sino también una constante verdaderamente curiosa.

Siempre que se acerca la hora de la comida, el comisionado Cuevas pide que los temas sean votados porque deberá dejar el pleno “por cuestiones personales”. No son pocos quienes aseguran que está preocupado por ingerir sus sagrados alimentos.

Otra parte del desmentido tiene que ver con la aparente docilidad y capacidad para hacer favores de Cuevas. Es un hecho que este personaje surgió y creció bajo la protección del priista Gil Elorduy; sin embargo, hay quienes dicen que terminaron distanciados porque el primero no cuidó la estructura de su padrino en el mundo de las telecomunicaciones. No son pocos los que dicen que lo despidió porque no quería que nadie le hiciera sombra o le recordara su pasado.

CHIVOS EN CRISTALERIA

Le tengo dos historias de chivos en cristalería que confirman información que usted debió haber leído en esta columna porque en tiempo y forma hice ver sus gravísimos errores dentro de este espacio.

Primero. El 26 de abril la IATA emitió un muy fuerte comunicado tratando de advertir sobre las graves implicaciones que tendrían las modificaciones a la ley de Aviación Civil propuestas por la SCT y calificó que “mermarían la competitividad del transporte aéreo en México…”.

La Canaero respondió con uno de los más rastreros comunicados de prensa de los que se tenga memoria para un organismo empresarial desde los tiempos de Luis Echeverría deslindándose del comunicado de la organización a la que pertenecen.

Como lo informé oportunamente en esta columna, todo se trataba de una grilla del director de la cámara, Alejandro Cobián, quien de una exótica manera trató de fijar quién sabe qué rara agenda que no era compartida por la mayoría de los miembros de esa cámara.

Se trataba de “reposicionar” (sic) a la Canaero, como dice el boletín en el cual anuncian que Cobián dejará el cargo a partir del próximo 18 de agosto. Las excesivas flores que le tiran en el comunicado no alcanzan para cubrir que Sergio Allard, presidente del organismo, tuviera que entregar esa cabeza ante la furia de los miembros de la agrupación.

BULL SHIT

Segunda. ¿Recuerda a Carlos Mena? Sí, ese oscuro personaje que tanto daño causó a la competencia desde Autoridad Investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica, que mal preside Alejandra Palacios, quien no pudo hacer una sola investigación que en los hechos beneficiara a los consumidores a través de la competencia económica.

Bueno, pues resulta que reapareció. Resulta que se promueve en redes sociales como “partner at Creel, García Cuéllar, Aiza y Enríquez” y hasta asegura que estuvieron atrás de la “tax reform proposed by leading business organization”.

A pesar de que me da flojera detenerme en algo que parece menor como el intento de mirrey de escribir en inglés para mexicanos, sí da una idea aproximada de la desconexión que tiene este hombre con el país y da una cierta base a quienes aseguran que su investigación del mercado de bonos en México, que de una manera absurda mantiene la Cofece, la documentó de lo que leyó que ocurrió en el mercado de Londres y cual buen mirrey malinchista dijo si eso pasa allá, obvio pasa también en México y hasta peor.

Por cierto, quienes creían que muerto el perro acabaría la rabia se equivocaron. Resulta que el organismo, que mal preside Palacios, sigue con sus campañas de filtraciones en las cuales ya hasta inventaron un complot en el que según participa la CNBV con los bancos. Patéticos.

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